domingo, 29 de mayo de 2011

saludos aqui les traigo inmortal cap 5 y 6 distrutenlos y siento la tardanza


Capitulo 5- huida

Todos tal vez por instinto averiguador miran ansiosos por saber. Tynna y Sedro dejan de mirar por la ventana y toman asiento para oír la conversación.

-¿bueno por donde empiezo?-pregunta Keny

-tal vez ¿por qué no estabas por ningún lado?, buscamos y encontramos a nuestro grupo, pero tú no estabas-dice Ángela

El hermano de Keyn lo piensa un segundo y dice:

-bueno, cuando Keyn desapareció me asuste y Salí a buscarlo, los vampiros atacaron justo cuando me fui, para cuando volví ya no había nadie, créanme que fue espantoso ver que estaba solo-hace una pausa- luego de eso en medio del lugar desbaratado encontré mis cosas y fui a esconderme, estaba casi seguro que solo no iba a sobrevivir. Y creía que Keyn estaba muerto

-¡¿y donde mierda estabas pendejo?!-exigió saber Camus en tono rustico. Keyn con mirada asesina responde:

-retorciéndome de dolor imbécil-se lame los labios-fui a orinar y un vampiro me ataco. Seré mas especifico, esto es lo que paso al pie de la letra.

Keyn Berthier…

En el interior de un edificio en ruinas mi grupo y yo dormíamos, éramos muchos, la mayoría dormía en bolsas, mis tíos estaban fundidos con el gentío que descansaba en el suelo, pero Keny y yo yacíamos aislados en una esquina acurrucados por el frio en una sola bolsa, debido a que no habían mas, la noche se encontraba muy tranquila, más de lo normal, pronto sentí ganas de ir a orinar pero eso podría ser mi último viaje, estuve aguantando por mucho tiempo y mojar la bolsa no le haría bien a nadie. Con cuidado de despertar a Keny me Salí del saco y a trote suave me aleje del sitio buscando privacidad, estaba tan frio que podía ver mi aliento empañando el camino.

Descubrí un callejo oscuro ideal, mire a los lados para estar seguro de que nadie me siguiera o me estuviera viendo, velozmente entre al callejón y atendí el llamado de la naturaleza, estaba listo para volver solo que algo me asusto, ¡gritos! Oí a la gente gritar en pánico, estaba seguro que eran vampiros, no sabía qué hacer, huir ¿A dónde? Todos corrían pero nadie estaba a salvo.

Entonces escuche el sonido más aterrador de todos, el que más temía que mis oídos captaran.

Que hasta el más grande de los depredadores temerían al percibirlo, dándose cuenta de que la cima de la cadena alimenticia ya tiene dueño y que ellos también están en el menú, un gruñido que solo puede atribuirse a un vampiro, me di vuelta encarando al otro lado del callejón viendo una sombra moverse y surgir tétricamente de la oscuridad casi absoluta. Con ojos rojos como la sangre, colmillos enormes, garras punzantes y mirada preludio de muerte.

Instintivamente retrocedí casi volviéndome sordo a la masacre de mi grupo. Casi trate de huir pero en un parpadeo el vampiro ya me tenia sometido contra el suelo, luche pero como todos sabemos fue en vano, el tipo de un jalón me bajo el cuello de la chaqueta exponiendo la piel, antes de que yo pudiera pensar clavo sus dientes como cuchillas en mi nuca, el dolor fue espantoso, sentí como esa descarga saturaba mis nervios, no pude resistir y solté un grito de proporción épica lleno de agonía que debió oírse a un radio de 500 metros como mínimo. Esa tipo bebía sin parar, podía percibir como mi cuerpo perdía fuerza, mis ojos perdieron enfoque y todo era borroso.

-¡KEYN!!!!!!-escuche gritar a Keny a lo lejos, pero yo ya me había rendido a morir hay, pero de pronto algo me arranco al vampiro de encima, una sombra enorme e imponente que sacudió a mi agresor como un juguete de bebe.

Ya eso no tenía importancia puesto que mi vida estaba dando sus últimos respiros, no hice esfuerzo en levantarme de la mezcla de sangre y nieve que tenia bajo el cuerpo, ¿para qué? Estaba seguro que era mi fin, pero con la respiración jadeante un dolor aun peor me atravesó y este si me hiso mover, más que eso me retorcí sobre mi mismo sintiendo como todo dentro de mí era un caos, como cada latido de mi corazón era como haber ido al infierno y repentinamente haber salido solo para entrar de nuevo. Como mi mente estaba loca también, pero logre ordenar mis pensamientos, en el dolor que jamás le desearía a nadie, con cada infernal latido mi corazón iba más lento, y finalmente con el último latido este se detuvo en seco quedando en el silencio eterno de la muerte.

Entonces el dolor de mi muerte termino pero el ardor de mi garganta empezó, gruñí en el suelo, anhelando algo completamente nuevo, sangre, el tipo que me salvo se acerco y me miro, no ataco más bien me izo un gesto para levantarme.

-arriba, hoy no morirás-dijo sonriendo, con esfuerzo me levante sintiéndome alguien completamente nuevo. Tal vez desconocido, pero tuve el pensamiento de que no sería tan malo, por lo que abrí los brazos a mi nuevo yo, un yo más fuerte, más sanguinario y tal vez un yo eterno, me puse de pie y descubrí que veía todo más claro, si esto era ser un vampiro estaba listo para lo que viniera, por lo que, sonreí a los siglos que tenía por delante. No era el final, solo era el comienzo.

Amelia…

Bueno, eso es totalmente… interesante, tenía razón, doble el gesto debido a lo traumante que fue la transición de Keyn al mundo de los vampiros. Keny entrecierra los ojos y todos los presentes nos quedamos callados como un minuto.

-imagine que tu muerte habría sido más o menos así-empieza el humano- pero no pensé que te convertirías en vampiro.

-ni yo imagine que el gemelo de Keyn fuera un humano tan sabroso-expresa Sedro sonriendo.

Keny pone los ojos como platos, el comentario de Sedro me recordó lo bien que huele el chico, y a los demás también, por lo que todos le asediamos con una mirada deseosa de su sangre, Keny nos mira perturbado, Ángela hace una mueca.

-¿porque me miran así?-pregunta el gemelo de Keyn.

-seré sincero…-dice este, toma aire y sigue- te miran así… porque hueles delicioso.

Keny se tensa como un poste, petrificado por la algo incomoda aclaración, Ángela le echa un ojo agresivo a Camus, que es el que más mira a Keny como un potencial aperitivo, por mi parte controlo ese impulso, Zatir lucha por retener el deseo asesino, el chico humano huele exquisito, tanto que estando cerca es difícil pensar en algo, salvo lo bueno que sería morderlo, Zatir se sienta y le entierro un codazo para que deje de babearse con Keny, el logra guardar la compostura gracias a ello.

-contrólate-le musito en tono casi inaudible, Zatir profiere un gruñido de su garganta casi ultrasónico lleno de tensión.

-disculpa, baje la guardia, no volveré a hacerlo-promete sin apartar la mirada de Keny.

-en fin… ¿ahora qué haremos?-pregunta Violeta- es decir, con Keny.

Ángela aprieta los labios.

-la respuesta es simple-declara Xeno con seriedad- será uno de nosotros, eso es lo que debe ser.

El humano se espanta y mira una y otra vez a su hermano y a Ángela, como queriendo saber si están de acuerdo…

-como ustedes… ¡ósea un vampiro!-exclama alterado.

-eso mismo-dice Camus.

-pero yo…. ¡No puede ser!

Keyn frunce el ceño y Ángela cierra los ojos con frustración.

-eso es lo que debe ser, es lo que Ángela y Keyn quieren-habla Xeno con seguridad, Keny traga saliva.

-es verdad-interviene Keyn severamente- vas a ser un vampiro, de una forma u otra, porque no voy a dejarte siendo un frágil y débil humano, ni tampoco envejecer y morir como tal, ¡no cuando Ángela y yo podremos vivir siglos siendo jóvenes y bellos!

Keny no tiene palabras con las que contradecir a su gemelo y Ángela no parece con demasiadas ganas de agregarse a la conversación. Pero no la culpo, dar esas noticias es un hecho que hay pocas cosas son más embarazosas que eso. Es fácil entender a Keyn y Ángela, si dejaran a Keny así como esta envejecería y moriría en poco tiempo, contando lo mucho que al parecer Keny les importa a Keyn y Ángela eso sería más que una tragedia.

Rápidamente Xeno cambia de tema para ayudar a la atmosfera, pero sé que lo de la transformación aun no se les olvida por más que hablen de otras cosas. Keny trata de hacer como que nada paso, pero para mí no hace un buen trabajo disimulando.

Horas más tarde Keny duerme contra unos cojines, Zatir y yo miramos por la ventana junto a las escaleras los copos de nieve caer con más calma ahora, la ventisca se tranquilizo, por el momento solo está nevando un poco, así como esta, es muy agradable, de hecho se puede llamar hermoso. Sedro yace sentado el escalón a mi espalda, Xeno lee un libro llamado: “como controlar la agresión ajena” sin duda le servirá con Camus. Violeta bebe vodka y Tynna también, ambas comparten la enorme botella. Ángela y Keyn susurran cosas entre sí estando junto al agujero que lleva al primer piso, lucen como preocupados, Camus subió al ático a maldecir el clima, me gustaría verlo, pero es mejor mirar la nieve caer, poco antes del atardecer.

-¿hermoso verdad?-pregunto a Zatir.

-claro, es bueno tener tiempo para apreciar la belleza, en vez de estar maldiciendo nuestra suerte-dice sonriendo.

-¿cómo Camus verdad?-expresa el gigante detrás.

-exacto, hay que tratar de ver el lado bueno.

-hablando de bueno-digo y miro a Sedro-quien salvo a Keyn… ¿eras tú verdad?

Sedro poso la mirada en su cigarro con una leve sonrisa.

-sí, pasaba por ahí y lo encontré, por una magnifica casualidad conocí a Ángela, así fue como se encontraron- explica

-muy conveniente… me preguntaba… ¿qué edad tienes?-dicta Zatir, Sedro lo señala con los ojos.

-98 años-anuncia, Zatir abre mucho los ojos y dice con un hilo de voz.

-maldición estas conservado.

Sedro suelta una carcajada al soltar su cigarro.

-soy un vampiro, estar conservado no es raro-hace una pausa reteniendo la risa-me siento afortunado al lado de Keyn.

-¿por qué?-intervengo.

-porque estoy irónicamente agradecido con quien me mordió.

Alzo una ceja extrañada, voltea.

-ironía, ¿cómo estarías agradecido?

-porque en la época cuando era humano, donde viví, no había cura para mi gigantismo, si no me hubiera mordido, no podría haber vivido mucho mas, habría muerto muy joven, desde que soy como ahora mi tamaño no es un problema, junto con el tiempo mi enfermedad quedo detenida, y con la fuerza de un hijo de la noche no tengo problemas para manejar mi peso y tamaño- se detiene a pensar antes de continuar- pero los vampiros como nosotros si envejecemos, solo que a un ritmo muy lento, luzco un año como mínimo, mayor que cuando era humano.

-buen argumento-opina Zatir cruzándose de brazos- es una excelente historia para contar, además no todos los días ves a un vampiro de dos metros y medio.

-no, y menos un vampiro de dos metros y medio que este tan bueno-agrego contemplando a Sedro, el sonríe pero no voltea, Zatir dobla en gesto.

Analizando a Sedro… bueno su barba es corta, muy tenue pero se ve sexi, sus labios rosados son muy provocadores y esos ojos marrón claro te obligan a mirarlos. Como un imán atrayendo a un incauto metal.

-es un alago muy importante viniendo de ti Amelia, pero no me sorprende, sé que soy bonito, pero eso es normal en nosotros-agradece el fumador.

Camus baja del ático con un salto descomunal, se estira y va a tirarse sobre los cojines, Tynna no mira y corre al sitio de donde él salió.

Se nota que esperaba con ansias a que bajara. No le prestó mucha atención, pasan pocas horas y anochece por completo, Keny está envuelto en sabanas, y los demás descansan en el suelo o leen algo. Yo sigo mirando por la ventana y Zatir esta relajado en el primer escalón. Huelo algo… ¡vampiros! Están muy cerca, el clima pacifico seguro los dejo llegar hasta aquí, me doy vuelta alterada, Xeno se levanta y corre al agujero del piso, el resto de los habitantes del sitio no se han dado cuenta del peligro.

-¡levántense!-grita Xeno, se dan vuelta a mirarlo sin saber lo que pasa.

-maldición amo, ¡estaba teniendo un sueño húmedo!-reclamo Camus que había dormido contra un librero.

-ya tendrás mas, hay vampiros muy cerca-replica Xeno, todos exclaman “¡Que!” en coro, Sedro huele el aire y se tensa.

-es verdad-anuncia.

Keny pone cara de pánico y Ángela va a tranquilizarlo, se arrodilla junto a él y le ofrece un abrazo, el naturalmente lo acepta, su gemelo esta mas regido que Sedro, con toda razón, ya que Keny un frágil humano está involucrado. Violeta corre y se asoma en el agujero con Xeno.

-¡es mi culpa!-exclama el humano. Lo fulminamos con la mirada.

-¿cómo que tú culpa?-pregunta Keyn.

-una pandilla de vampiros me perseguían antes de encontrar a Xeno, debieron seguirme-dice con voz ronca. Camus le dedica una expresión de furia ciega.

-de eso hablaba, ¡eres un estorbo!-grita

-¡y tu un dolor en el culo!-le devuelve Keyn, el hermano de este rechina los dientes. ¡Es verdad! Es un dolor en el culo, Keyn acaba de caerme muy bien.

Frunzo los labios y Zatir gruñe. Pero de un momento a otro un ruido nos llama la tención, un grito, demasiado familiar.

-¡Tynna!-gritamos Violeta y yo a la vez, Lo había olvidado.

La bebedora y yo salimos disparadas al ático, Zatir nos sigue, irrumpo primero en la trampilla seguida de Violeta, pero no veo a Tynna, miramos a todos lados y nada, pero lo único que llama la atención es un cuerpo sangrante tendido en el suelo, vampiro, ¿pero donde quedo Tynna?.

-mierda, desapareció-digo en shock, Violeta traga saliva. Zatir se adelanta.

Con más cuidado examina la sala, el olor de la vampiresa está muy distorsionado por la sangre del vampiro intruso, no tengo idea de a donde pudo ir.

-¿tampoco la encuentras?-me pregunta Zatir al ver mi preocupación.

-nada, ¿y tu Violeta?-ella bufa.

-se esfumo-gruñe-y tan bien que me caía.

-lo sé, a mi también.

Xeno surge en el ático de un salto por la trampilla, coloca cara de desagrado por el hallazgo del vampiro muerto.

-¡es un estorbo!-grita Camus desde abajo.

-ignóralo-dice Xeno, mira a mi amigo- ¿recuerdas la prueba y lo de la otra oportunidad?-Zatir asiente con la cabeza-bien, es hora de que muestres lo que vales.

Sedro aparece de la puerta en el suelo de un salto.

-nosotros recibiremos a las visitas, soy bueno en eso-dice sonriendo detrás de su cigarro.

-lo sé, eres el mejor anfitrión para divertir hasta matar a los invitados-concuerda Xeno con seriedad.

Esa clase de diversión me gusta así que sonrió.

-los vampiros saben que ya sabemos que están abajo, esperan que bajemos, Amelia, Ángela y Keyn llevaran a Keny lejos de aquí luego los buscaremos, Zatir tú te quedaras a enfrentar a esos tipos con nosotros-anuncia Xeno, que está tomando un papel algo mandón. Violeta mira con inquietud sin hablar.

-bien-acepta firmemente, me preocupa eso, agarro una de sus mangas y la jalo, el voltea- estaré bien.

Asiento de mala gana y lo suelto, tengo que confiar en él, no soy su niñera, con su última pelea debe saber defenderse solo. Keny, Keyn y Ángela llegan también al ático… mierda hay demasiada gente en un lugar muy reducido, abrimos espacio y ellos se acomodan.

-te veré más tarde-se despide Zatir.

-ojala-digo, sonríe con sus blancos dientes de un modo celestial.

-se optimista

-suerte, los alcanzare tan pronto como pueda-agrega Sedro.

-vamos-finaliza Xeno y todos los que se quedaran bajan.

Una vez que la trampilla se cierra solo quedamos, Ángela, Keny, Keyn y yo. Nadie dice nada por un momento, antes de que algo pase tomo la iniciativa y voy a la ventana, salto sobre ella y caigo sobre el techo de la biblioteca. Ángela y Keyn vienen tan pronto estoy fuera, pero el tercero vacila.

-vértigo, recuerden-dice sin estar muy dispuesto a salir.

-no hay tiempo para eso-expreso vigilando a mi alrededor.

Ángela me alcanza y Keyn regresa por su hermano, este no va a poner un pie fuera por sí mismo, así que sé lo que mi amigo hará. Y tengo razón, Keyn arrebata a Keny del suelo y fugazmente le hace caballito, el queda en estado de shock, pero eso no dura en convertirse a pánico cuando su hermano salta desde adentro, en un ángulo perfecto cayendo a metros de la ventana.

-¡el vértigo!-exclama de nuevo el humano.

-cierra los ojos, lo superaras-dice Keyn sin bajarlo, Keyn se aferra a este de mala gana.

-si vomito lo hare sobre ti-advierte y cierra los ojos.

-me arriesgare.

Ángela al igual que yo mira a todas partes estando alerta.

-vamos, no podemos quedarnos quietos tan cerca-pide ella.

-Keny agárrate fuerte, va a ser una larga noche-digo y corro lejos.

Ellos hacen lo mismo manteniéndose cerca, con largas y rápidas zancadas salto del tejado hacia el edificio de al lado, sin poner esfuerzo en cruzar el espacio entre ambos, caigo con total gracia en la estructura, es mínimo un piso más baja que la anterior. Con el impulso de la caída continuo el recorrido, mis amigos con una gracia tan extrema como la mía me siguen, Keny lucha por no abrir los ojos, pienso que si lo hace y descubre lo que Keyn está haciendo, es decir, saltar entre edificios, morirá de un paro cardiaco.

-¿alguien sabe a dónde vamos?-pregunto sin detenerme.

-en esta dirección hay un edificio con un bonito patio, podemos esperar ahí-contesta Ángela.

-suena bien, ojala no nos sigan-agrega Keny.

-¡no lo digas! Trae mala suerte-suplica Keyn.

Mas mala suerte que esto no es muy posible, pienso, entonces diviso unos escombros en frente, son como una escalera en descenso, de un brinco caigo en la sima de ella, empiezo a bajarla con delicados saltitos de piedra en piedra.

-aquí debería estar bien-dice Keyn con alivio-Keny abre los ojos.

Él lo hace y con la idéntica expresión de su gemelo se tranquiliza, Ángela se le acerca cuando Keyn lo deja en el suelo. Ella lo abraza por detrás, Keyn vira los ojos y se dirige hacia mí. Si, esos dos son demasiado ligados para ser amigos normales.

-¿crees que estemos bien aquí?-me pregunta Keyn lamiendo su labio superior.

-no sé, nunca se puede estar seguro, pero cuando menos Keny está lejos de los vampiros… más o menos-respondo haciendo una mueca.

El entre abre los labios para decir algo pero se silencia solo. Entonces escucho un movimiento en los escombros.

-¡CUIDADO!-grita Ángela, ni tuve tiempo de concebir el pensamiento de darme la vuelta cuando Keyn y yo lo hacemos.

Entonces lo veo, un vampiro salta sobre Keny desde los escombros pero Ángela empuja al chico lejos del peligro, ambos caen a unos metros, ¿¡como no lo vimos llegar!? El vampiro que ataco es como del tamaño de los gemelos, pero solo logro distinguir que es rubio, sus ojos rojos resaltan su piel blanca como un fantasma, gruñe mostrando esos colmillos enormes con agresión.

-era demasiado bueno para ser verdad-digo a la defensiva.

Keny y Ángela se levantan, pero el vampiro rubio es solo el primer problema, el segundo es su compañera aun sobre la pila de escombros, su cabello es ondulado y naranja, no puedo ver su rostro bajo el pelo.

-Ángela, Keny retrocedan, son nuestros…-pide Keyn y me encara-yo matare al rubio, tu ve por esa perra de allá...

No termina la oración cuando el rubio asesino se le lanza encima, Keyn lo esquiva pero el tipo no se rinde y en un veloz salto atrapa a mi amigo, ambos caen sobre la nueve y se revuelcan tratando de matarse, Keyn lucha por soltarse. No puedo continuar apreciando la pelea porque la vampiresa de los escombros baja y con un gruñido me desafía. Tomo la iniciativa y ataco, con la agilidad propia de un vampiro llego hasta ella arremeto un zarpazo, lo esquiva pero con el impulso del ataque la envisto, procedo a intentar alcanzar su cuello con mis manos listas para cortar con mis garras como dagas. Pero la muy perra retiene ambos brazos entre sus manos justo antes de que pudiera alcanzar mi destino.

-maldita-la ofendo en un gruñido bestial.

La vampiresa en retribución por el insulto entierra su rodilla en mis costillas, duele demasiado, quedo sin aire, la maldigo de nuevo y ella extrae la rodilla y repite el ataque contra mi estomago repetidas veces hasta que no aguanto y escupo sangre que baja como gruesos hilos. ¡Esta puta no me va a ganar!, me enfurezco y le agarro los brazos por las muñecas cuando ella aun me sujeta y de un tirón titánico la arranco de su posición firme en la nieve, a continuación por los brazos la azoto contra el suelo, la vampiresa suelta un chillido de dolor. Con ello logro que me suelte los brazos y tengo tiempo de mirar a Keyn cuando ya libre arremete un arañazo en la cara de su enemigo, en retribución él le da un puñetazo muy sonoro en la cara e intenta proferirle un zarpazo, Keyn retrocede casi desvaneciéndose de la velocidad y atrapa la extremidad del vampiro donde entierra sus uñas, lo jala y lanza lejos dejando grandes marcas rebosantes de sangre en el brazo del contrincante.

El vampiro rubio cae de pie y de comunica su enojo con un rugido enojado.

-¡Amelia la vampiresa!-me recuerda Keny.

Dirijo la mirada de nuevo a la tipa pero justo en ese momento ella hincada en la nieve entierra un puñetazo en mi mejilla, si fuera humana habría destrozado mi cráneo, el ataque logra que de unos pasos atrás y que mi boca sangre. Esta tipa… está muerta, sin dejarle hacer nada, contraataco devolviéndole el golpe en mi cara con uno en su estomago, repito la agresión varias veces, en golpes tan rápidos y mortales que cuando le doy el ultimo porrazo y me alejo un poco ella no hace nada salvo abrazar su vientre. Va a morir, sujeto sin delicadeza esa maraña de pelo y con la mano libre entierro mis uñas filosas en su cuello atravesándole la tráquea como estocada final, la herida mancha de sangre toda la mano, entonces mi victima deja de moverse así que la lanzo al suelo de nuevo dejando que la nieve se riegue de sangre. Jadeo y sonrió a mi triunfo.

-¡vamos Keyn!-ánima Ángela, regreso a contemplar a Keyn midiendo fuerza con su atacante usando los brazos.

Keyn le da una patada en los testículos al vampiro y el chilla pero no cede, se separan un momento mi compañero ataca a la garganta y el rubio junta sus garras en la mano como un puñal y arremete apostando de todo o nada. Cierro los ojos no queriendo ver lo que pasa, solo escucho los chillidos de Keyn y el rubio. Abro los ojos y descubro un espantoso panorama, Keyn gano, le desgarro la garganta a su oponente. Pero pago un alto precio… el rubio le atravesó el pecho con su brazo, mi amigo suelta un bramido de dolor acompañado de sangre. Saca sus garras del muerto y lentamente extrae las del difunto de su pecho. Ángela esta horrorizada, yo no sé qué hacer y Keny se encuentra en shock.

-¡Keyn!-exclama Ángela y va a verlo, el chico se abraza el pecho con sufrimiento escrito en el rostro.

Realizo un gesto de dolor.

-¡háblame!-exige mi amiga posando una mano en la espalda de Keyn.

-mierda…-susurra.

-maldición, sabía que debí venir antes-escuchamos y nos volvemos a los escombros, en la cima descubrimos a Sedro juntando las cejas y tensando la mandíbula mientras nos mira.

-sí, habrías ayudado mucho hace unos minutos-concuerdo.

Sedro raramente no está fumando, tal vez alguno de los vampiros le robo los cigarros, ese pensamiento se va cuando el gigante salta con un poder impresionante, bajando de una sola vez el obstáculo y aterrizando indelicadamente en el suelo frio, su llegada es tan fuerte que la nieve a su alrededor retrocede haciendo algo parecido a un cráter.

-¿es muy profunda la herida?-pregunta al alzarse de nuevo.

-sí, demasiado-responde Ángela, Keny aun no se mueve, el miedo lo tiene paralizado, mira hacia el sitio de donde vino Sedro, sigo la dirección de sus ojos y veo porque esta así.

Hay un vampiro nuevo examinándonos desde la cima de la pila. Sedro se voltea y lo mira, suelta un gruñido tan sonoro que si asusta mucho, el intruso retrocede ante ello, yo también lo haría, no es bueno para la salud desafiar a un vampiro de dos metros y medio enojado.

El fumador encara a Keny y camina en su dirección, el retrocede dramáticamente al ver la proximidad de Sedro.

-que quieres….-por poco pregunta el humano, Sedro de un tirón de la chaqueta del tipo, lo arranca del suelo y lo pone a más de un metro sobre la nieve.

-Keyn necesita sangre, la sangre de creaturas de origen animal no vampiros es lo único capaz de curar a Keyn lo bastante rápido-explica con voz desprovista de expresividad.

-¡no me digas que!-dice Keny cortándose a sí mismo.

-tarde o temprano pasaría, además no creo que dejes a Keyn morir por miedo a sus dientes, y si estás dispuesto a dejarlo… pues yo no- se justifica y aun sujetando al chico aterrorizado se dirige hacia Keyn, estirando el brazo en señal de ofrecer a Keny.

Ángela entrecierra los ojos, ella me mira y yo le hago un gesto para que se aleje para darle paso a Sedro. Ella a su pesar se hace a un lado. El gigante se frena a pocos metros de Keyn que aun no levanta el rostro, Sedro se inclina y coloca a Keny al alcance de si hermano.

-espera, no creo que Keyn lo haga…-replica Keny callándose al descubrir que su hermano puso las garras en sus hombros agarrándolo con firmeza para tener la fuerza necesaria y levantarse.

Empleando todo lo que le queda de energía Keyn se pone de pie, Sedro esta estático mientras que Keny yace tan espantado que no puede decir nada. Enfoco la vista más de cerca y ya puedo ver los ojos rojos del vampiro hambriento, empleando una mano se ayuda a quitar el cuello de la chaqueta dejándolo desnudo en toda su fragilidad a la vista.

-mejor no mires-sugiero a mi amiga, ella se muerde el labio pero no me hace caso.

Sin más duda, aunque no la presento, Keyn clava sus dientes en el cuello de su hermano, el cierra los ojos con cara de tortura al soltar un gritillo de dolor. Keyn no tiene piedad, puedo observar que bebe con un nivel de desesperación fuera de lo normal, Keny lo agarra del pelo y lo jala, como en un intento por liberarse, pero obviamente no tiene éxito. El vampiro tarda unos minutos en saciarse, es increíble lo rápido que el agujero en su pecho sana, Keny se debilita progresivamente hasta que deja de moverse, la mano en el cabello de su gemelo pierde fuerza y se suelta, para cuando Keyn se suelta e inclina, el humano parece más un muñeco de trapo que otra cosa. Keyn se cura por completo en un par de minutos luego de zafarse, se pone de pie y nosotros no podemos hacer otra cosa que mirar lo que queda de Keny, Sedro parece preocupado cuando estudia al chico.

-creo que se te paso la mano-le aviso a Keyn.

El al ver lo que le ha hecho a su hermano es muy sencillo de saber que se siente como un monstruo sanguinario, las comisuras de sus labios tiemblan un poco. Espera un par de minutos a la espera de que haga algo pero no pasa.

-Keny… Keny háblame-pide sacudiéndolo, Sedro no deja de sostener al humano, el desespero de mi amigo crece más al ver que no responde- ¡no me digan que lo mate!

Creo que sí lo hizo, pero algo extraño pasa entonces, un brazo del tipo empieza a moverse un poco, como si sus nervios hubieran despertado de hibernar, su mano cercana a Keyn se cierra en puño, pero en lugar de pedir que lo suelten… ¡arremete en el rostro de su hermano! Keyn da varios pasos apurados ante eso, Ángela y yo quedamos sin habla al igual que Sedro.

Sin dar tiempo de que alguien diga algo, Keny entierra sus uñas ahora filosas en el brazo de Sedro y le provoca una herida propia de un zarpazo, Sedro cuando eso pasa suelta finalmente al chico quien cae de pie, me pongo en guardia por si acaso, esta algo fuera de sí, en el momento que él nos mira… descubrimos sus ojos rojos, más que eso, una mirada que de él no conocíamos, una mirada cínica de alguien ansioso por matar.

Sedro examina su herida con la otra mano y Keyn está a la defensiva. Su hermano gruñe en su dirección, fuera de lo que él esperaba, Keny con la velocidad tan asombrosa del otro vampiro arremete un puñetazo en el vientre de Keyn sacándole el aire, esta iracundo, ataca despiadadamente, golpeando una y otra vez a su blanco, atacando todo a su alcance.

-¡Keny cálmate!-pide Keyn luchando por esquivar los zarpazos desenfrenados de su doble furioso.

Ángela demuestra angustia en el modo que se muerde los labios, no sabe cómo reaccionar y yo tampoco, ¿deberíamos atacar a Keny? No nos gusta la idea, ¿o dejar que mate a Keyn? Ninguna es factible, Sedro pone mala cara y está a punto de dar el primer paso para ir contra Keny pero Ángela lo detiene al exclamar:

-¡déjalo! No te atrevas a tocarlo-sonó como Violeta cuando pide vodka, Sedro junta él entre cejo y se para firme de nuevo.

Ángela podría ponerse violenta si alguien trata de hacerle algo a su “querido” Keny, por lo que no me molesto en decir ni hacer nada. El vampiro loco de una patada manda a su hermano cuando menos a diez metros de donde estaba dejando un pique de record, pero para mi sorpresa Keyn no aguanta más y cae boca abajo completamente. Esperaba que aguantara mas, pienso que debe ser que aunque sus heridas sanaron aun le duelen. Keny gruñe con los ojos brillando en rojo, pero me doy cuenta de que más que enojado, parece asustado y mentalmente desorientado, como una bestia que tiene miedo y ataca a todo lo que cree una amenaza. De cualquier modo Keny camina a paso lento hacia si hermano inmóvil en la nieve.

-¡Keny déjalo!-grita Ángela con angustia, el chico la oye y se detiene adoptando un gesto de dolor, cierra los ojos con fuerza y cuando los vuelve a abrir siguen rojos pero no brillan como antes.

Parece que se está nivelando su estado, el vampiro alterado cae de rodillas en la nieve y se mira las manos llenas de sangre, el mismo huele tanto a sangre que no puedo distinguir bien su olor entre mezclado con la sangre de su hermano y de Sedro.

-Keny….-susurra Ángela.

-Ángela, mejor ve con el ahora, ya se calmo-propongo.

-si hay alguien que lo puede mantener así, eres tú, Keyn está fuera de combate lamentablemente-incluye Sedro observando al tipo algo preocupado.

Ella hace lo dicho y va al encuentro de Keny, que se mira como un monstruo desenfrenado… porque a mi parecer lo es, Ángela se inclina y lo abraza, pero él no responde al gesto de afecto. Suspiro con desgana, veo a Sedro y él me propone con la mirada que vallamos donde Keyn que aun esta noqueado. Acepto y nos dirigimos hacia allá, Ángela consigue que su amigo se levante, pero esta algo desorientado, Sedro levanta a Keyn como un saco de papas, cosa que es algo rustica si tratas con alguien herido.

-esta inconsciente, no le dolerá-dice cuando se da cuenta de mis pensamientos por medio de mis ojos- y de todos modos, es esto o que lo arrastre de regreso.

-si lo pones así, mejor déjalo como esta-respondo incomoda.

Entonces emprendemos el camino de regreso en silencio, Sedro dice que todos están bien, cuando los vampiros se dieron cuenta de que Keny no estaba solo bastaron un par de muertos en su bando para que regresaran por donde vinieron. Keny logra regresar a nuestro paso, creo que la cabeza le da vueltas porque parece ido, mirando a la nada la mayoría del tiempo, por otro lado Keyn esta como muerto, igual debería despertar mañana, o en una semana… aunque él no morirá así de fácil. Cuando ponemos un pie dentro del ático de la biblioteca el grupo completo llega en menos de un parpadeo, nadie dice nada pero están sorprendidos de que Keny no huela como antes y que su hermano este noqueado, obviamente cuando sintieron la diferencia en el olor del nuevo vampiro notaron que dejo atrás su humanidad.

Una vez dentro Keny es llevado por Ángela a unos cojines donde cae presa del sueño y el cansancio, no se preocupa de limpiar la sangre de su cuello. Sedro deja al otro vampiro junto a ellos, esperando que pronto reaccione, el pobre esta todo apaleado y despelucado, en cuento a mí antes de tomar asiento en un par de almohadas procuro limpiar el líquido rojo de mis labios, cuyo sabor aun siento en la boca. Zatir se para frente a mí y me estudia seriamente, alzo la cabeza y hago lo mismo con él. Se ve algo herido, tiene dos marcas de zarpazo a un lado de su lindo rostro levemente manchado de sangre, su cabello revuelto, y la vestimenta que trae parece algo rasgada y sucia. Silenciosamente mis ojos bajan por toda su figura encontrando que su manga derecha está rota y sangrando, creo que es una herida de mordisco, a la que le pongo mala cara.

-al juzgar por cómo te ves, imagino que tuvieron inconvenientes con las visitas-digo finalmente.

-un poco, pero estoy bien, pero ustedes lucen peor-esta tenso.

-lo sé, fue una noche algo estresada.

Se sienta junto a mí, mejor dicho se tiro a mi lado, porque parece estar muy cansado como para sentarse normalmente.

-¿qué fue lo que paso?-pregunta muy interesado.

-nos atacaron, casi matan a Keyn y para salvarlo bebió la sangre de Keny… básicamente eso paso-contesto rápidamente-¿no te lo dijeron?

-ni Sedro ni Ángela están de humor para eso, dicen que luego nos explican, es solo que… ¿Keny ataco cuando reacciono?

-sí, pero eso es normal.

-¿y como estaba cuando Keyn lo mordió?

-aterrorizado-sus facciones se vuelven sombrías.

-eso me preocupa, si fue capaz de desconocer a Keyn y estaba aterrorizado, puede ser un mal presagio para su futuro.

-¿qué tan malo?

-muy malo, los vampiros que en su transición estuvieron aterrados suelen volverse inestables emocionalmente, y eso empeora progresivamente, algunos logran superarlo, pero otros… corren el riesgo de convertirse en vampiros terminales.

Pongo los ojos como platos, nada más asusta concebir el horrible pensamiento de eso.

-pero casi todos los humanos sienten miedo cuando los muerden.

-miedo es normal, pero llegar al borde del pánico es muy malo, ojala me equivoque y Keny no sea uno de esos.

-supongo que si ocurre no será tan malo, posiblemente lo supere-Zatir niega con la cabeza.

-seamos realistas, solo un pequeño porcentaje lo logra, no podemos hacernos ilusiones.

Bajo la mirada hacia el suelo, Zatir trata de levantarse pero pone expresión de dolencia y vuelve a caer en los cojines, lo miro interrogante.

-duele… mi espalda-dice.

Volteo las comisuras de mis labios hacia abajo.

-¿quieres un masaje?-rápidamente voltea a mirarme sorprendido.

-¿sabes hacerlo?

-claro que se, ¿qué esperas? Ponte boca abajo-el vacila un momento pero sin embargo lo hace.

Entonces procedo a darle leves golpes en la espalda, por toda su extensión, está muy duro, pero progresivamente sus músculos se relajan, le está gustando, puedo verlo sonreír en la oscuridad. Cosa que me causa satisfacción, empiezo a masajearle los omoplatos circularmente, suspira.

-qué bien se siente…-susurra con volumen casi inaudible.

Continuo relajando su espalda, hasta que me doy cuenta de que se durmió, esta rendido, por lo que lo dejo y me duermo también. Se siente maravilloso tener un descanso tan grato después de un día tan intenso.

Alguien me susurra cosas al oído con una voz tan bella que es como si los ángeles corearan para mi, cuando lo miro a la cara no puedo reconocerlo pero de todas maneras lo que acapara mi atención son esos penetrantes ojos rojos, que parecen temibles, pero al mismo tiempo me causan fascinación, eso me asusta, ¿como algo temible puede gustarme? ¿Me estoy volviendo loca? Eso me pregunto una y otra vez en un círculo sin fin ni éxito. El sonríe mostrando esos punzantes y blancos dientes, se aproxima un poco, estamos en la salida de un callejón, el chico adopta una expresión divertida y maliciosa.

-sabes… lo peligroso también puede ser hermoso… depende de con que ojos lo mires… copo de nieve…

Despierto de un pequeño brinco sobre los cojines, respirando frenética, otra vez sueños extraños, pero en este el hombre no es un depredador… parece más como interesado en mi, ¿cómo es posible?.. Rebobino bien lo que vi, solo logro decir algo.

-¿me dijo copo de nieve?

-¿qué?-pregunta Zatir volteando, me sostengo la cabeza con una mano.

-nada… vuelve a dormir-pido, no han pasado muchas horas, como máximo lo indispensable son dos horas para dormir, pero tenemos el lujo de pasarnos unas horas más por puro placer. Zatir me mira con incredulidad, pero obedece y vuelve a dormir.

-nada…-vuelvo a susurrar con tensión en mi voz, antes de recostarme y dormir de nuevo.

Concilio el sueño con algo de inquietud, pero lo logro. Al día siguiente despierto y descubro a Zatir dormido usando mi pecho como almohada, no le prestó atención y miro al techo, son como las seis de la mañana, Sedro fuma un cigarro en la ventana y los demás están en el piso de abajo, menos Keny y Keyn que aun están donde mismo, Keny mira el techo al igual que yo y su hermano aun esta desmayado.

-¿como estas hoy?-le pregunto, vira los ojos en mi dirección.

-más o menos, no me acostumbro a esto, es mucha información para mi cerebro la que recibo con estos sentidos-responde.

Lo estudio con más cuidado, ahora esta mas blanco que antes, de resto no ha cambiado tanto, por otro lado por lo que veo luce como noqueado.

-¿puedes levantarte?-se lame los labios.

-creo que sin…-dice y se sienta, pone una mano en su garganta y frunce el ceño.

-¿sed verdad?-habla Sedro, Keny lo mira con resentimiento.

No ha olvidado lo de ayer, ¿quién lo culpa? Esa no fue la mejor experiencia del mundo exactamente.

-si…-Sedro sonríe.

Bajo la mirada y descubro un cuerpo en el suelo, un hombre de mediana edad.

-traje esto para cuando despertaras-anuncia el fumador. Keny se levanta y camina hacia allá, se pone de rodillas y agarra un brazo del hombre, lo pone al alcance de sus dientes, vacila pero los clava sin pensarlo más.

-¿y hay señal de Tynna?-digo viendo a Keny alimentarse.

-no-Sedro muestra un semblante tétrico en su rostro-simplemente desapareció.

Hago una mueca. Entonces escucho un grito ensordecedor venir de afuera, luego otro, y otro frente a la biblioteca, Zatir se despierta de golpe y Keny tanto como Sedro se perturban.

-¡hoy saldremos de esta mierda!!!!!!!!!!!-grita Camus con alegría.

Zatir al ver que se encuentra acostado sobre mi pecho se aparta rápidamente algo rojo, no tengo tiempo para eso. Antes de que pueda pensarlo me pongo de pie y corro hacia abajo, salto el agujero y cruzo la gran puerta del edificio, descubriendo un camión más o menos grande, rodeado por mis amigos. Desvió la vista hacia abajo y encuentro a sus ocupantes muertos.

-¿qué paso?-exijo saber.

-estos pendejos pasaban por aquí y les dimos la bienvenida-dice Violeta subiendo al carril de camión.

-esto es justo lo que nos hacía falta-agrega Xeno sonriendo.

-sí, no nos costara nada llegar al siguiente condado con esto-concuerda Ángela, Camus sube al asiento del conductor y lo examina. Aun pasmada por la escena camino hacia allá, justo en ese instante Sedro y Zatir salen detrás de mí y ven lo ocurrido, Sedro sonríe como si la salvación le hubiese tocado la puerta y Zatir tiene mi misma reacción.

-creo que me perdí de algo-dice con los ojos como platos.

-la verdad no, solo de nuestro boleto a la libertad-le avisa Ángela.

Violeta da vuelta en la parte trasera del camión y por fin se tira en un rincón. Entonces Keny y Keyn aparecen en la entrada a la biblioteca, ellos no se sorprenden por lo que ven, noto que Keyn tiene la ropa destrozada y sangrante pero el mismo se ve mejor que ayer.

-traigan la comida…-ordena Xeno y posa los ojos en los difuntos que infectan el suelo-y los que tengan la ropa destruida desnuden a estos humanos y usen lo que traen.

Así lo hacemos, le sacamos la ropa y nos cambiamos los que llevamos la peor pinta, montamos las alacenas que aún nos quedan al camión, Zatir toma sus cosas y todos subimos a bordo del auto. Camus y Xeno toman los puestos del piloto y el copiloto, los demás quedamos atrás. El motor ronronea antes de que salgamos disparados a cien kilómetros por hora. Contemplo el panorama que dejamos atrás mientras nos alejamos, pienso que puede ser el momento de ser optimista, la vida fuera de aquí es algo que promete nuevas posibilidades.

Capitulo 6- Reinserción

Siento el viento gélido en el rostro, al tiempo que nos distanciamos cada vez mas de la ciudad. Zatir está a mi lado recostado contra mi espalda, Violeta mira el lugar que dejamos atrás, Sedro que es el que más espacio ocupa retrae las piernas y esconde su rostro entre ellas, Ángela, Keyn y Keny están en su mundo, me parece raro, que luego de los hechos de anoche hagan como que nada paso, eso me costaría mucho trabajo si estuviera en su lugar.

-¿a dónde vamos?-pregunto sin dirigirme a nadie en especial.

-oí decir a Xeno que vamos a ciudad hielo-contesta Keny con voz seca.

Sedro suelta una risita.

-¿cuál es la gracia?-quiere saber Zatir sin mucho interés.

-que eso suena como el nombre de una empresa de helados-responde, Violeta como Ángela suelta una carcajada. Yo reprimo la mía.

De verdad que eso parece.

-creo que hay que decir que: es mejor que tengan cuidado con quienes se enteran de que son vampiros-continua Sedro ahora más serio-me refiero a Zatir y Amelia, porque creo que no hace falta decírselo a Keny, porque en esta época, lo que se pregunta no es si existen los vampiros, sino, quien es un vampiro, y podrían pasar cosas muy malas si se sabe.

Maquino lo que acaba de decir, Zatir asiente. Entonces veo que ya estamos fuera de la ciudad, puedo verla desde aquí, Violeta sonríe ampliamente.

-¡adiós pocilga de mierda!-grita con todas sus fuerzas.

Por la carretera en la que vamos se ven múltiples montañas, por todas partes, bosques nevados y cielos grises. Solo hay una cosa que me preocupa, cuando llegue a ciudad hielo… ¿Qué hare? Posteriormente nos detenemos en un negocio donde hay una gasolinera y una tienda. Violeta baja y va a la tienda, cuando el resto esperamos a que reabastezcan en vehículo. Luego de unos cinco minutos Violeta regresa y sube al auto, partimos de nuevo, y ya estando alejados de la última parada, la chica saca un teléfono que parece de moderna tecnología, no me lo puedo creer, y los demás tampoco.

-¿¡de donde sacaste eso!?-dice Sedro, Violeta no lo mira y sigue en su teléfono.

-un pervertido en el baño quiso pasarse de listo-responde y ríe- lo mate, bebí su sangre y tenia esto en el bolsillo.

-¿y para que quieres un celular?-pregunta Keyn sin idea de la respuesta.

-averiguar cosas por internet, tal vez…-contesta y se concentra más en lo que hace-creo que ya descubrí quien eres Amelia.

-¿a si?-digo incrédula.

-mira-dice y me muestra la pantalla, esto tiene que ser mentira, es una foto mía, estoy sonriendo sentada en una cama-te llamas Amelia Cortes.

-Cortes…-repito y me suena pero no logro recordar-¿de dónde sacaste eso?

-hay una página donde ponen la información de todos los desaparecidos-explica- dice la dirección de tu casa, y ahora…-vuelve a buscar algo en el celular-Zatir Ivanov, si aquí estas, dice donde vives también, parece que uno de tus hermanos desapareció.

Zatir tensa la expresión.

-¿y nosotros?-interviene Keyn con ansiedad.

-casualmente todos viven en ciudad hielo, también dice la dirección, Keny y Keyn Berthier… no hace falta mostrar la foto, no hay muchos gemelos que se llamen así-contesta Violeta, sonríe y agrega-pero salen muy ricos en esta foto.

Ese comentario esta de mas, nadie dice nada y Ángela se aferra a Keny que al igual que su hermano esta perturbados por Violeta.

-yo no voy a volver con mis padres-anuncia Zatir con voz totalmente carente de emoción. Me doy vuelta y lo miro sorprendida-no voy a regresar, así como estoy no puedo, ni tampoco quiero.

-¿bien entonces que harás?-pregunta Ángela.

-no se…

-yo si se-interviene Sedro-primero hay que ir a la asociación de vampiros, ellos pueden crearte una nueva identificación, y renovarla cuando sea necesario, así cuando pase el tiempo podrás cambiarte de nombre sin problemas-continua y Zatir lo mira con atención- lo siguiente es conseguir casa propia, sé muy bien cómo hacerlo, y lo último, ¿pare que eres bueno trabajando?

Zatir duda por unos segundos pero lo suelta:

-soy bueno para la cocina-la sorpresa aparece en los rostros de todos.

Debí oír mal… es bueno cocinado, ¡eso puede ser una muy buena virtud! ¿Quien no quiere a un hombre que cocina? Sedro aun no digiere lo que Zatir acaba de decir, pero toma aire y continúa.

-entonces conseguirás trabajo fácilmente en la cocina de un restaurant o una discoteca, con eso el problema está resuelto, tienes identidad, casa y trabajo-

-¡¿si sabes cocinar porque mierda no nos ayudaste con los caribúes?!-casi grita Violeta, mi amigo traga con nerviosismo.

-parecían muy entretenidas con eso, así que les deje la diversión-responde.

-sobre Amelia Keyn y Keny…-argumenta Sedro-deben dejar sus casa en unos tres años, antes de que vean que no envejecen al ritmo humano, ¿los demás ya estamos resueltos verdad?

El resto asiente.

-¿y cómo se resuelven?-pregunto intrigada.

-los vampiros tienen dos opciones-comienza Violeta- la primera, tener una identidad q cambie cada ciertos años, con eso viven como casi humanos, pero deben mudarse muy seguido. Y la segunda, estar en la sociedad vampírica, ósea vivir en la sociedad oculta de los vampiros.

-¿entonces cual escogerán?-dice Zatir.

-Violeta, Xeno y yo nos quedamos en la sociedad de vampiros, Ángela y Camus tendrán identidades-declara el gigante.

-¿cómo conseguirás el dinero?-pregunto

El sonríe pero no responde, con eso la conversación acaba y nos dedicamos a ver el camino, pasan muchas horas y de pronto veo que bajamos por una pendiente y descubro una ciudad ridículamente grande, en el interior de un valle helado de montañas, al principio son solo casas, pero las estructuras son mas grandes conforme se acercan al centro urbano, primero casas, luego edificios medianos de piedra, luego de concreto y por fin los rascacielos.

Solo puedo mirar hacia allá, cuanto más nos acercamos, mas me fascina el lugar, pasamos los suburbios y entramos a la cuidad de verdad, se pueden ver muchas vías de tren por aquí y allá, Camus, quien conduce se detiene en una plaza cubierta de nieve y gente caminando, el olor de tantos satura nuestros sentidos. Bajamos del carro y nos reunimos a un lado.

-entonces… ¿por dónde empezamos?-pregunta Camus.

-Sedro ayuda a Zatir con lo del dinero y la identidad, y Camus lleva a Keny, Keyn y Amelia a sus casas, Violeta te guiara-dice Xeno con voz neutra.

-yo, no iré todavía, acompañare a Sedro y Zatir-anuncio ellos me clavan la mirada insistentemente.

Camus bufa y me mira mal. Xeno le da un codazo para que se guarde esas hostilidades. Zatir me mira intrigado, Sedro saca un cigarro y lo enciende, Keny y Keyn subieron al camión, Ángela se les une un momento más tarde muy interesada por que vuelvan a su casa.

-déjala Camus, después Violeta la llevara-sugiere Keyn.

-larguémonos de una vez-exige Keny-quiero mi cama

Camus hace una mueca y sube al auto, Violeta me sonríe y dice:

-nos veremos aquí en dos horas-asiento y sube también.

El señor molestia enciende al camión y sale disparado como en una carrera hacia algún sitio, de un pique entre en la carretera y desaparece entre la muchedumbre de autos.

-yo también me voy-dice Xeno volviéndose a nosotros.

-¿a dónde vas?-expresa el fumador contemplando su cigarro.

-voy al bajo mundo, donde están los vampiros, te veré allá-contesta a Sedro, este sonríe y asiente.

Xeno corre lejos, pero mantiene un paso más o menos lento, para no llamar la atención de nadie.

-movámonos, hay que conseguir una identidad, y algo de dinero-motiva Sedro y camina hacia algún sitio, comparto una mirada con Zatir antes de seguirlo.

Estoy por alguna razón, muy preocupada por que Zatir consiga la identidad, no podre irme en paz hasta que la tenga, el me mira fijamente durante un rato mientras caminamos detrás de Sedro.

Keyn Berthier…

Si fuéramos humanos, Camus ya habría logrado que nos diera un paro cardiaco, corre como un loco peligroso, puedo verlo atreves del vidrio hablando con Violeta, y como ella goza la velocidad a cuesta de nuestra desgracia, Keny esta agarrado de mi y Ángela de, el, solo seguimos en la camioneta porque yo me sostengo muy fuerte, si no ya habríamos salido volando muy lejos.

-ese tipo está loco-opina Keny aferrado a mí.

-siempre lo ha estado-le avisa Ángela, abrazándolo con mucha fuerza por detrás, y metiendo la cabeza en el hombro de mi hermano, ¡mierda se está frotando contra su mejilla! Keny se pone rojo pero sigue sujetándose bien de mí.

-¡EH, ese exceso de afecto no delante de mí!-digo alterado.

-¿porque?-pregunta Ángela y besa la sien de Keny.

-porque me trauman, eso me hace sentir como atravesado.

-no me culpes, es que Keny es muy lindo-se escusa-¿verdad Keny?

-lo que digas-responde escondiendo su cara en mi espalda.

Antes de caer en ciudad mortal, nuestros tíos, nos iban a llevar aquí, para encontrarnos con nuestros padres en la nueva casa que compraron, claro de no ser por los inconvenientes que presento nuestro GPS y una tormenta de nieve que nos desoriento y llevo al lugar potencialmente más peligroso de la tierra, hoy seriamos completamente normales. Mis tíos deben haber muerto, ha pasado casi un mes desde que debimos llegar aquí, pero nunca me imagine que terminaríamos llegando como vampiros, Camus nos trasporta a un área cercana a los suburbios, el sitio está poblado por edificios no muy altos y muchos de piedra y concreto. Nos detenemos en uno que parece ser una sola casa, solo que de tres pisos, Violeta y Camus bajan de la cabina cuando el motor se apaga.

-bien, es aquí, empiecen a pensar en una cuartada para explicar cómo llegaron y que paso con sus tíos-dice Violeta.

Si, la peor parte, los tres bajamos del camión y observamos el sitio un momento.

-ojala, les crean, mejor que mantengan los ojos abiertos, porque no querrán que ellos se enteren de la verdad-incluye Camus.

-lo sé-aseguro haciendo una mohín.

-¿tienes alguna idea?-pregunta mi hermano.

-no, ¿y tú?-

-solo una, la verdad distorsionada.

-es decir….

-la verdad no tan verdad.

Ángela pone mala cara.

-tenga cuidado-pide preocupada.

-claro, te veremos después-asegura Keny.

Ella viene y me abraza, la correspondo y se suelta un momento después.

Ángela a veces hace cosas inesperadas, porque fue hasta Keny y en vez de solo abrazarlo ¡se le lanza encima y lo besa en la boca! Oh dios, mi hermano queda pasmado, Violeta y Camus se sienten incómodos mientras Ángela casi se come a Keny con ese beso, el se lo regresa pero sé muy bien que esto lo hace sentir avergonzado, estando delante de nuestros compañeros traumados, de mi no tanto. Por lo que se separa luego de poco tiempo.

-sí, yo también te quiero-dice con nerviosismo, ella sonríe y va de vuelta al camión, esta vez sube en la cabina para compartir el asiento con Violeta. Posteriormente se alejan a una velocidad tal como si los persiguiera el diablo.

-¿listo?-quiere saber Keny.

-algo así, vamos

Entonces caminamos hasta la puerta y tocamos el timbre. Un poco preocupados de lo que viene. La puerta se abre y encontramos a nuestra madre, ella queda en estado de shock al vernos, sus lágrimas brotan de su rostro de pronto. Puedo asegurar que es una mujer muy hermosa, de cabello castaño recogido en una trenza, ojos marrones, blanca, labios como el arco de Cupido, barbilla ancha, delgada, tiene treintaisiete pero aparenta menos.

-¿me estoy volviendo loca?-dice con voz temblorosa, y toca el rostro de Keny para estar segura de que somos reales.

-no… estamos aquí de verdad-le aseguro.

Ella se arroja sobre ambos y nos abraza, con un brazo para cada uno, mientras llora dramáticamente. Eso me causa de cierta manera remordimiento, que muestro en mi rostro, Keny también se siente así, lo que me causa dolor no es su llanto, sino que en pocos años tendremos que esfumarnos de su vida para siempre.

-mama…-trato de decir cuando papa se asoma por el pasillo de entrada, es fácil deducir que ve lo que pasa como si estuviera volviéndose loco, nos ve como si estuviera viendo fantasmas en vez de a sus hijos en carne y hueso.

-hola papa-lo saluda Keny.

Papa es, nuestra viva imagen, sus ojos son miel, su pelo es negro, en comparación con nosotros es de facciones gruesas y su cabello es más enrulado. El se pone pálido, mama se llama Marisa y el Ron. Es muy desalentadora la idea de empezar a inventarnos una historia, pero aun así, tomo aire y trato de empezar de manera creíble.

Amelia Cortes…

Nos encontramos en la esquina de un callejón oscuro, Sedro mira hacia allá.

-bien esperen aquí-pide este y camina a la oscuridad donde se desvanece.

-¿estarás bien con lo de volver a tu casa?-me pregunta Zatir.

-no sé, pero debería tratar.

-si quieres puedes venir conmigo-miro el suelo.

-primero tengo que tratar de recuperar la memoria, antes de tomar alguna decisión importante-se aparta el cabello del rostro.

-entonces dime cuando me necesites-asiento.

-gracias, no tienes una idea de lo bueno que ha sido encontrarme contigo.

-pues la verdad no-dice-ni idea de lo bueno que sea conocerme.

Pongo mala cara.

-hazme un favor y sube esa autoestima-sonríe de oreja a oreja.

-no hace falta, la tengo donde debería estar, pero me refiero a que, tampoco te he ayudado mucho.

-no me jodas.

Creo que solo está jugando, sería un retrasado si no se hubiera dado cuenta de lo mucho que me ha ayudado conocerlo, probablemente de no ser por el hoy estaría muerta. Expresa picardía por la mirada y yo frunzo los labios. Como pensé solo era broma.

-lo siento, pero bueno, si he hecho un par de cosas por ti, pero no es necesario que me ayudes con esto, tú tienes cosas más importantes que hacer-el tono de su voz es suave y muy agradable.

-tú eres importante pendejo, por algo estoy aquí, cuando te den tu identificación pirata me encargare de mis problemas-digo con voz áspera.

En este momento no demuestra ninguna emoción en especial, solo está parado ahí mirándome, como si tuviera algo interesante, ojala no sea nada en mi cara.

-si estás segura haz lo que quieras-dice finalmente- igual no soy nadie para imponerte que hacer y que no.

Esbozo una sonrisa.

-exacto, por eso es que eres mi amigo- se ve alagado.

-cosa que me encanta, por eso me gusta que estés feliz.

Y a mí me gusta que diga eso.

Sedro vuelve a surgir de entre la oscuridad, con una sonrisa divertida y satisfactoria.

-ya está hecho, solo falta una foto tuya- anuncia-están esperando para que te la tomes.

Zatir asiente feliz evidentemente.

-creo que yo debería buscar a Violeta-opino levantando la cabeza para poder ver correctamente al fumador.

-suena bien, le enviare un mensaje-afirma y saca un teléfono de su bolsillo.

¡¿De dónde lo saco?! Me pregunto exaltada viendo como los enormes dedos de mi amigo tratan con maravillosa delicadeza el pequeño artefacto. Zatir esta intrigado al igual que yo no deja de mirar las manos del gigante.

-¿cómo lo conseguiste?-pregunta curioso.

-lo acabo de comprar, tengo muy buena memoria fotográfica para recordar el numero del nuevo celular de Violeta, solo me lo mostro una vez pero es suficiente-explica sin voltear-maldito cacharro…-sigue mientras trata de oprimir los botones con dificultad debido al tamaño de sus dedos, siento un gran impulso de reírme por la manera en la que Sedro trata de escribir fallidamente.

-no importa, la llamare-incluye poniendo el celular en su oído.

-creo que necesitara uno táctil-comenta Zatir entretenido.

Y uno con una pantalla muy grande.

-¿letí? Es Sedro-dice este, y yo me pregunto qué es eso de letí, creo que es el diminutivo de Violeta. Zatir hace un gesto de desconcierto por el apodo-ya Amelia esta lista para que la lleven-hace una pausa-¿Camus qué?........ No importa, no dejes que haga papel de nudista, luego tendrá tiempo para eso. Tráelo así tengas que arrastrarlo-cuelga y deja escapar un suspiro de molestia.

-¿y bien?-pregunto.

-ya viene, en cualquier momento…-asegura el chico barbudo mirado de un lado al otro aguardando la llegada.

Finalmente pasa, el camión aparece en una esquina con una maniobra exagerada, rebasa a dos autos y se detiene frente a nuestra posición con todo el drama del mundo en su entrada, la puerta cede y descubrimos a Violeta y Camus dentro, ella me ofrece sentarme a su lado pero Camus me ignora por completo, no es que me importe mucho que él me vea.

-te veremos después-me dice Zatir, asiento y Sedro me da una tarjeta.

Lo saco de un bolsillo.

-¿y esto?-quiero saber examinando la diminuta tarjeta con algo escrito.

-mi numero y el de Violeta, cuando consigas un celular llámanos-responde y posa su mano enorme en mi cabeza, inesperadamente me despeluca toda, retrocedo defensivamente entonces, el se ríe con gozo- esperaremos la llamada con ansias.

-claro… gracias, hasta luego-finalizo y subo a bordo del camión, cierro la puerta y Camus acelera como un maniático.

Rebasa a todos en el camino, Violeta los disfruta tanto como ese loco, pero yo no, tengo terror al sentir como da giros de 360 grados, se detiene de golpe y casi choca a muchos en el camino.

-¡ve más lento!-exijo aferrada al asiento.

-¡no me da la gana! ¡Puedo chocar y reventar el culo del que yo quiera!-grita ese desgraciado.

-¡reviéntale el culo a quien te de la puta gana!, ¡pero no vas a reventarme las vías nerviosas a mí!-replique enojada.

Si no baja la velocidad esto se pondrá feo, estoy comenzando a volver a desear destruirlo, reducirlo a nada a golpes, me justifico pensando que sería un bien al mundo que Camus desapareciera, le gruño cuando da una vuelta titánica en una esquina, lo amenazo mostrándole mis filosos y peligrosos dientes, el hace lo mismo y Violeta bufa.

-¡los opuestos se atraen y si siguen así van a terminar juntos!-exclama ella.

Con eso basta para desmontar mi agresión, y Camus también retrae su violencia, la idea de terminar atraída por él es algo tan espantoso que el solo pensamiento asusta, no, ¡eso nunca! Todo menos eso, que me golpeen, arañen, arrastren, torturen, violen, maten y todo lo malo menos eso. Camus también se espanta por ese pensamiento y parece nervioso y perturbado cuando mira al frente.

-así me gusta, con ustedes hay que combatir la hostilidad con miedo-dice Violeta fascinada por nuestra conducta-es el único modo de que se dejen en paz.

Lamentablemente es verdad, Camus no replica para mi sorpresa y yo tampoco quiero discutir más sobre el tema, es más, quiero sacar esa idea de mi cabeza lo antes posible.

Porque si no, tendré pesadillas.

-Violeta… no sigas con eso-pide el chico casi en ruego.

Ella ríe al descubrir el control que gano sobre él.

-hecho pero no vuelvan a pelear en el auto, o se los recordare todas las veces que haga falta, es una ley física, yo no lo invente, por eso mejor obedézcanla-señala.

-odio la física-comenta Camus.

-tu odias todo-le recuerdo.

-por una vez, estamos de acuerdo.

Capitulo 5- huida

Todos tal vez por instinto averiguador miran ansiosos por saber. Tynna y Sedro dejan de mirar por la ventana y toman asiento para oír la conversación.

-¿bueno por donde empiezo?-pregunta Keny

-tal vez ¿por qué no estabas por ningún lado?, buscamos y encontramos a nuestro grupo, pero tú no estabas-dice Ángela

El hermano de Keyn lo piensa un segundo y dice:

-bueno, cuando Keyn desapareció me asuste y Salí a buscarlo, los vampiros atacaron justo cuando me fui, para cuando volví ya no había nadie, créanme que fue espantoso ver que estaba solo-hace una pausa- luego de eso en medio del lugar desbaratado encontré mis cosas y fui a esconderme, estaba casi seguro que solo no iba a sobrevivir. Y creía que Keyn estaba muerto

-¡¿y donde mierda estabas pendejo?!-exigió saber Camus en tono rustico. Keyn con mirada asesina responde:

-retorciéndome de dolor imbécil-se lame los labios-fui a orinar y un vampiro me ataco. Seré mas especifico, esto es lo que paso al pie de la letra.

Keyn Berthier…

En el interior de un edificio en ruinas mi grupo y yo dormíamos, éramos muchos, la mayoría dormía en bolsas, mis tíos estaban fundidos con el gentío que descansaba en el suelo, pero Keny y yo yacíamos aislados en una esquina acurrucados por el frio en una sola bolsa, debido a que no habían mas, la noche se encontraba muy tranquila, más de lo normal, pronto sentí ganas de ir a orinar pero eso podría ser mi último viaje, estuve aguantando por mucho tiempo y mojar la bolsa no le haría bien a nadie. Con cuidado de despertar a Keny me Salí del saco y a trote suave me aleje del sitio buscando privacidad, estaba tan frio que podía ver mi aliento empañando el camino.

Descubrí un callejo oscuro ideal, mire a los lados para estar seguro de que nadie me siguiera o me estuviera viendo, velozmente entre al callejón y atendí el llamado de la naturaleza, estaba listo para volver solo que algo me asusto, ¡gritos! Oí a la gente gritar en pánico, estaba seguro que eran vampiros, no sabía qué hacer, huir ¿A dónde? Todos corrían pero nadie estaba a salvo.

Entonces escuche el sonido más aterrador de todos, el que más temía que mis oídos captaran.

Que hasta el más grande de los depredadores temerían al percibirlo, dándose cuenta de que la cima de la cadena alimenticia ya tiene dueño y que ellos también están en el menú, un gruñido que solo puede atribuirse a un vampiro, me di vuelta encarando al otro lado del callejón viendo una sombra moverse y surgir tétricamente de la oscuridad casi absoluta. Con ojos rojos como la sangre, colmillos enormes, garras punzantes y mirada preludio de muerte.

Instintivamente retrocedí casi volviéndome sordo a la masacre de mi grupo. Casi trate de huir pero en un parpadeo el vampiro ya me tenia sometido contra el suelo, luche pero como todos sabemos fue en vano, el tipo de un jalón me bajo el cuello de la chaqueta exponiendo la piel, antes de que yo pudiera pensar clavo sus dientes como cuchillas en mi nuca, el dolor fue espantoso, sentí como esa descarga saturaba mis nervios, no pude resistir y solté un grito de proporción épica lleno de agonía que debió oírse a un radio de 500 metros como mínimo. Esa tipo bebía sin parar, podía percibir como mi cuerpo perdía fuerza, mis ojos perdieron enfoque y todo era borroso.

-¡KEYN!!!!!!-escuche gritar a Keny a lo lejos, pero yo ya me había rendido a morir hay, pero de pronto algo me arranco al vampiro de encima, una sombra enorme e imponente que sacudió a mi agresor como un juguete de bebe.

Ya eso no tenía importancia puesto que mi vida estaba dando sus últimos respiros, no hice esfuerzo en levantarme de la mezcla de sangre y nieve que tenia bajo el cuerpo, ¿para qué? Estaba seguro que era mi fin, pero con la respiración jadeante un dolor aun peor me atravesó y este si me hiso mover, más que eso me retorcí sobre mi mismo sintiendo como todo dentro de mí era un caos, como cada latido de mi corazón era como haber ido al infierno y repentinamente haber salido solo para entrar de nuevo. Como mi mente estaba loca también, pero logre ordenar mis pensamientos, en el dolor que jamás le desearía a nadie, con cada infernal latido mi corazón iba más lento, y finalmente con el último latido este se detuvo en seco quedando en el silencio eterno de la muerte.

Entonces el dolor de mi muerte termino pero el ardor de mi garganta empezó, gruñí en el suelo, anhelando algo completamente nuevo, sangre, el tipo que me salvo se acerco y me miro, no ataco más bien me izo un gesto para levantarme.

-arriba, hoy no morirás-dijo sonriendo, con esfuerzo me levante sintiéndome alguien completamente nuevo. Tal vez desconocido, pero tuve el pensamiento de que no sería tan malo, por lo que abrí los brazos a mi nuevo yo, un yo más fuerte, más sanguinario y tal vez un yo eterno, me puse de pie y descubrí que veía todo más claro, si esto era ser un vampiro estaba listo para lo que viniera, por lo que, sonreí a los siglos que tenía por delante. No era el final, solo era el comienzo.

Amelia…

Bueno, eso es totalmente… interesante, tenía razón, doble el gesto debido a lo traumante que fue la transición de Keyn al mundo de los vampiros. Keny entrecierra los ojos y todos los presentes nos quedamos callados como un minuto.

-imagine que tu muerte habría sido más o menos así-empieza el humano- pero no pensé que te convertirías en vampiro.

-ni yo imagine que el gemelo de Keyn fuera un humano tan sabroso-expresa Sedro sonriendo.

Keny pone los ojos como platos, el comentario de Sedro me recordó lo bien que huele el chico, y a los demás también, por lo que todos le asediamos con una mirada deseosa de su sangre, Keny nos mira perturbado, Ángela hace una mueca.

-¿porque me miran así?-pregunta el gemelo de Keyn.

-seré sincero…-dice este, toma aire y sigue- te miran así… porque hueles delicioso.

Keny se tensa como un poste, petrificado por la algo incomoda aclaración, Ángela le echa un ojo agresivo a Camus, que es el que más mira a Keny como un potencial aperitivo, por mi parte controlo ese impulso, Zatir lucha por retener el deseo asesino, el chico humano huele exquisito, tanto que estando cerca es difícil pensar en algo, salvo lo bueno que sería morderlo, Zatir se sienta y le entierro un codazo para que deje de babearse con Keny, el logra guardar la compostura gracias a ello.

-contrólate-le musito en tono casi inaudible, Zatir profiere un gruñido de su garganta casi ultrasónico lleno de tensión.

-disculpa, baje la guardia, no volveré a hacerlo-promete sin apartar la mirada de Keny.

-en fin… ¿ahora qué haremos?-pregunta Violeta- es decir, con Keny.

Ángela aprieta los labios.

-la respuesta es simple-declara Xeno con seriedad- será uno de nosotros, eso es lo que debe ser.

El humano se espanta y mira una y otra vez a su hermano y a Ángela, como queriendo saber si están de acuerdo…

-como ustedes… ¡ósea un vampiro!-exclama alterado.

-eso mismo-dice Camus.

-pero yo…. ¡No puede ser!

Keyn frunce el ceño y Ángela cierra los ojos con frustración.

-eso es lo que debe ser, es lo que Ángela y Keyn quieren-habla Xeno con seguridad, Keny traga saliva.

-es verdad-interviene Keyn severamente- vas a ser un vampiro, de una forma u otra, porque no voy a dejarte siendo un frágil y débil humano, ni tampoco envejecer y morir como tal, ¡no cuando Ángela y yo podremos vivir siglos siendo jóvenes y bellos!

Keny no tiene palabras con las que contradecir a su gemelo y Ángela no parece con demasiadas ganas de agregarse a la conversación. Pero no la culpo, dar esas noticias es un hecho que hay pocas cosas son más embarazosas que eso. Es fácil entender a Keyn y Ángela, si dejaran a Keny así como esta envejecería y moriría en poco tiempo, contando lo mucho que al parecer Keny les importa a Keyn y Ángela eso sería más que una tragedia.

Rápidamente Xeno cambia de tema para ayudar a la atmosfera, pero sé que lo de la transformación aun no se les olvida por más que hablen de otras cosas. Keny trata de hacer como que nada paso, pero para mí no hace un buen trabajo disimulando.

Horas más tarde Keny duerme contra unos cojines, Zatir y yo miramos por la ventana junto a las escaleras los copos de nieve caer con más calma ahora, la ventisca se tranquilizo, por el momento solo está nevando un poco, así como esta, es muy agradable, de hecho se puede llamar hermoso. Sedro yace sentado el escalón a mi espalda, Xeno lee un libro llamado: “como controlar la agresión ajena” sin duda le servirá con Camus. Violeta bebe vodka y Tynna también, ambas comparten la enorme botella. Ángela y Keyn susurran cosas entre sí estando junto al agujero que lleva al primer piso, lucen como preocupados, Camus subió al ático a maldecir el clima, me gustaría verlo, pero es mejor mirar la nieve caer, poco antes del atardecer.

-¿hermoso verdad?-pregunto a Zatir.

-claro, es bueno tener tiempo para apreciar la belleza, en vez de estar maldiciendo nuestra suerte-dice sonriendo.

-¿cómo Camus verdad?-expresa el gigante detrás.

-exacto, hay que tratar de ver el lado bueno.

-hablando de bueno-digo y miro a Sedro-quien salvo a Keyn… ¿eras tú verdad?

Sedro poso la mirada en su cigarro con una leve sonrisa.

-sí, pasaba por ahí y lo encontré, por una magnifica casualidad conocí a Ángela, así fue como se encontraron- explica

-muy conveniente… me preguntaba… ¿qué edad tienes?-dicta Zatir, Sedro lo señala con los ojos.

-98 años-anuncia, Zatir abre mucho los ojos y dice con un hilo de voz.

-maldición estas conservado.

Sedro suelta una carcajada al soltar su cigarro.

-soy un vampiro, estar conservado no es raro-hace una pausa reteniendo la risa-me siento afortunado al lado de Keyn.

-¿por qué?-intervengo.

-porque estoy irónicamente agradecido con quien me mordió.

Alzo una ceja extrañada, voltea.

-ironía, ¿cómo estarías agradecido?

-porque en la época cuando era humano, donde viví, no había cura para mi gigantismo, si no me hubiera mordido, no podría haber vivido mucho mas, habría muerto muy joven, desde que soy como ahora mi tamaño no es un problema, junto con el tiempo mi enfermedad quedo detenida, y con la fuerza de un hijo de la noche no tengo problemas para manejar mi peso y tamaño- se detiene a pensar antes de continuar- pero los vampiros como nosotros si envejecemos, solo que a un ritmo muy lento, luzco un año como mínimo, mayor que cuando era humano.

-buen argumento-opina Zatir cruzándose de brazos- es una excelente historia para contar, además no todos los días ves a un vampiro de dos metros y medio.

-no, y menos un vampiro de dos metros y medio que este tan bueno-agrego contemplando a Sedro, el sonríe pero no voltea, Zatir dobla en gesto.

Analizando a Sedro… bueno su barba es corta, muy tenue pero se ve sexi, sus labios rosados son muy provocadores y esos ojos marrón claro te obligan a mirarlos. Como un imán atrayendo a un incauto metal.

-es un alago muy importante viniendo de ti Amelia, pero no me sorprende, sé que soy bonito, pero eso es normal en nosotros-agradece el fumador.

Camus baja del ático con un salto descomunal, se estira y va a tirarse sobre los cojines, Tynna no mira y corre al sitio de donde él salió.

Se nota que esperaba con ansias a que bajara. No le prestó mucha atención, pasan pocas horas y anochece por completo, Keny está envuelto en sabanas, y los demás descansan en el suelo o leen algo. Yo sigo mirando por la ventana y Zatir esta relajado en el primer escalón. Huelo algo… ¡vampiros! Están muy cerca, el clima pacifico seguro los dejo llegar hasta aquí, me doy vuelta alterada, Xeno se levanta y corre al agujero del piso, el resto de los habitantes del sitio no se han dado cuenta del peligro.

-¡levántense!-grita Xeno, se dan vuelta a mirarlo sin saber lo que pasa.

-maldición amo, ¡estaba teniendo un sueño húmedo!-reclamo Camus que había dormido contra un librero.

-ya tendrás mas, hay vampiros muy cerca-replica Xeno, todos exclaman “¡Que!” en coro, Sedro huele el aire y se tensa.

-es verdad-anuncia.

Keny pone cara de pánico y Ángela va a tranquilizarlo, se arrodilla junto a él y le ofrece un abrazo, el naturalmente lo acepta, su gemelo esta mas regido que Sedro, con toda razón, ya que Keny un frágil humano está involucrado. Violeta corre y se asoma en el agujero con Xeno.

-¡es mi culpa!-exclama el humano. Lo fulminamos con la mirada.

-¿cómo que tú culpa?-pregunta Keyn.

-una pandilla de vampiros me perseguían antes de encontrar a Xeno, debieron seguirme-dice con voz ronca. Camus le dedica una expresión de furia ciega.

-de eso hablaba, ¡eres un estorbo!-grita

-¡y tu un dolor en el culo!-le devuelve Keyn, el hermano de este rechina los dientes. ¡Es verdad! Es un dolor en el culo, Keyn acaba de caerme muy bien.

Frunzo los labios y Zatir gruñe. Pero de un momento a otro un ruido nos llama la tención, un grito, demasiado familiar.

-¡Tynna!-gritamos Violeta y yo a la vez, Lo había olvidado.

La bebedora y yo salimos disparadas al ático, Zatir nos sigue, irrumpo primero en la trampilla seguida de Violeta, pero no veo a Tynna, miramos a todos lados y nada, pero lo único que llama la atención es un cuerpo sangrante tendido en el suelo, vampiro, ¿pero donde quedo Tynna?.

-mierda, desapareció-digo en shock, Violeta traga saliva. Zatir se adelanta.

Con más cuidado examina la sala, el olor de la vampiresa está muy distorsionado por la sangre del vampiro intruso, no tengo idea de a donde pudo ir.

-¿tampoco la encuentras?-me pregunta Zatir al ver mi preocupación.

-nada, ¿y tu Violeta?-ella bufa.

-se esfumo-gruñe-y tan bien que me caía.

-lo sé, a mi también.

Xeno surge en el ático de un salto por la trampilla, coloca cara de desagrado por el hallazgo del vampiro muerto.

-¡es un estorbo!-grita Camus desde abajo.

-ignóralo-dice Xeno, mira a mi amigo- ¿recuerdas la prueba y lo de la otra oportunidad?-Zatir asiente con la cabeza-bien, es hora de que muestres lo que vales.

Sedro aparece de la puerta en el suelo de un salto.

-nosotros recibiremos a las visitas, soy bueno en eso-dice sonriendo detrás de su cigarro.

-lo sé, eres el mejor anfitrión para divertir hasta matar a los invitados-concuerda Xeno con seriedad.

Esa clase de diversión me gusta así que sonrió.

-los vampiros saben que ya sabemos que están abajo, esperan que bajemos, Amelia, Ángela y Keyn llevaran a Keny lejos de aquí luego los buscaremos, Zatir tú te quedaras a enfrentar a esos tipos con nosotros-anuncia Xeno, que está tomando un papel algo mandón. Violeta mira con inquietud sin hablar.

-bien-acepta firmemente, me preocupa eso, agarro una de sus mangas y la jalo, el voltea- estaré bien.

Asiento de mala gana y lo suelto, tengo que confiar en él, no soy su niñera, con su última pelea debe saber defenderse solo. Keny, Keyn y Ángela llegan también al ático… mierda hay demasiada gente en un lugar muy reducido, abrimos espacio y ellos se acomodan.

-te veré más tarde-se despide Zatir.

-ojala-digo, sonríe con sus blancos dientes de un modo celestial.

-se optimista

-suerte, los alcanzare tan pronto como pueda-agrega Sedro.

-vamos-finaliza Xeno y todos los que se quedaran bajan.

Una vez que la trampilla se cierra solo quedamos, Ángela, Keny, Keyn y yo. Nadie dice nada por un momento, antes de que algo pase tomo la iniciativa y voy a la ventana, salto sobre ella y caigo sobre el techo de la biblioteca. Ángela y Keyn vienen tan pronto estoy fuera, pero el tercero vacila.

-vértigo, recuerden-dice sin estar muy dispuesto a salir.

-no hay tiempo para eso-expreso vigilando a mi alrededor.

Ángela me alcanza y Keyn regresa por su hermano, este no va a poner un pie fuera por sí mismo, así que sé lo que mi amigo hará. Y tengo razón, Keyn arrebata a Keny del suelo y fugazmente le hace caballito, el queda en estado de shock, pero eso no dura en convertirse a pánico cuando su hermano salta desde adentro, en un ángulo perfecto cayendo a metros de la ventana.

-¡el vértigo!-exclama de nuevo el humano.

-cierra los ojos, lo superaras-dice Keyn sin bajarlo, Keyn se aferra a este de mala gana.

-si vomito lo hare sobre ti-advierte y cierra los ojos.

-me arriesgare.

Ángela al igual que yo mira a todas partes estando alerta.

-vamos, no podemos quedarnos quietos tan cerca-pide ella.

-Keny agárrate fuerte, va a ser una larga noche-digo y corro lejos.

Ellos hacen lo mismo manteniéndose cerca, con largas y rápidas zancadas salto del tejado hacia el edificio de al lado, sin poner esfuerzo en cruzar el espacio entre ambos, caigo con total gracia en la estructura, es mínimo un piso más baja que la anterior. Con el impulso de la caída continuo el recorrido, mis amigos con una gracia tan extrema como la mía me siguen, Keny lucha por no abrir los ojos, pienso que si lo hace y descubre lo que Keyn está haciendo, es decir, saltar entre edificios, morirá de un paro cardiaco.

-¿alguien sabe a dónde vamos?-pregunto sin detenerme.

-en esta dirección hay un edificio con un bonito patio, podemos esperar ahí-contesta Ángela.

-suena bien, ojala no nos sigan-agrega Keny.

-¡no lo digas! Trae mala suerte-suplica Keyn.

Mas mala suerte que esto no es muy posible, pienso, entonces diviso unos escombros en frente, son como una escalera en descenso, de un brinco caigo en la sima de ella, empiezo a bajarla con delicados saltitos de piedra en piedra.

-aquí debería estar bien-dice Keyn con alivio-Keny abre los ojos.

Él lo hace y con la idéntica expresión de su gemelo se tranquiliza, Ángela se le acerca cuando Keyn lo deja en el suelo. Ella lo abraza por detrás, Keyn vira los ojos y se dirige hacia mí. Si, esos dos son demasiado ligados para ser amigos normales.

-¿crees que estemos bien aquí?-me pregunta Keyn lamiendo su labio superior.

-no sé, nunca se puede estar seguro, pero cuando menos Keny está lejos de los vampiros… más o menos-respondo haciendo una mueca.

El entre abre los labios para decir algo pero se silencia solo. Entonces escucho un movimiento en los escombros.

-¡CUIDADO!-grita Ángela, ni tuve tiempo de concebir el pensamiento de darme la vuelta cuando Keyn y yo lo hacemos.

Entonces lo veo, un vampiro salta sobre Keny desde los escombros pero Ángela empuja al chico lejos del peligro, ambos caen a unos metros, ¿¡como no lo vimos llegar!? El vampiro que ataco es como del tamaño de los gemelos, pero solo logro distinguir que es rubio, sus ojos rojos resaltan su piel blanca como un fantasma, gruñe mostrando esos colmillos enormes con agresión.

-era demasiado bueno para ser verdad-digo a la defensiva.

Keny y Ángela se levantan, pero el vampiro rubio es solo el primer problema, el segundo es su compañera aun sobre la pila de escombros, su cabello es ondulado y naranja, no puedo ver su rostro bajo el pelo.

-Ángela, Keny retrocedan, son nuestros…-pide Keyn y me encara-yo matare al rubio, tu ve por esa perra de allá...

No termina la oración cuando el rubio asesino se le lanza encima, Keyn lo esquiva pero el tipo no se rinde y en un veloz salto atrapa a mi amigo, ambos caen sobre la nueve y se revuelcan tratando de matarse, Keyn lucha por soltarse. No puedo continuar apreciando la pelea porque la vampiresa de los escombros baja y con un gruñido me desafía. Tomo la iniciativa y ataco, con la agilidad propia de un vampiro llego hasta ella arremeto un zarpazo, lo esquiva pero con el impulso del ataque la envisto, procedo a intentar alcanzar su cuello con mis manos listas para cortar con mis garras como dagas. Pero la muy perra retiene ambos brazos entre sus manos justo antes de que pudiera alcanzar mi destino.

-maldita-la ofendo en un gruñido bestial.

La vampiresa en retribución por el insulto entierra su rodilla en mis costillas, duele demasiado, quedo sin aire, la maldigo de nuevo y ella extrae la rodilla y repite el ataque contra mi estomago repetidas veces hasta que no aguanto y escupo sangre que baja como gruesos hilos. ¡Esta puta no me va a ganar!, me enfurezco y le agarro los brazos por las muñecas cuando ella aun me sujeta y de un tirón titánico la arranco de su posición firme en la nieve, a continuación por los brazos la azoto contra el suelo, la vampiresa suelta un chillido de dolor. Con ello logro que me suelte los brazos y tengo tiempo de mirar a Keyn cuando ya libre arremete un arañazo en la cara de su enemigo, en retribución él le da un puñetazo muy sonoro en la cara e intenta proferirle un zarpazo, Keyn retrocede casi desvaneciéndose de la velocidad y atrapa la extremidad del vampiro donde entierra sus uñas, lo jala y lanza lejos dejando grandes marcas rebosantes de sangre en el brazo del contrincante.

El vampiro rubio cae de pie y de comunica su enojo con un rugido enojado.

-¡Amelia la vampiresa!-me recuerda Keny.

Dirijo la mirada de nuevo a la tipa pero justo en ese momento ella hincada en la nieve entierra un puñetazo en mi mejilla, si fuera humana habría destrozado mi cráneo, el ataque logra que de unos pasos atrás y que mi boca sangre. Esta tipa… está muerta, sin dejarle hacer nada, contraataco devolviéndole el golpe en mi cara con uno en su estomago, repito la agresión varias veces, en golpes tan rápidos y mortales que cuando le doy el ultimo porrazo y me alejo un poco ella no hace nada salvo abrazar su vientre. Va a morir, sujeto sin delicadeza esa maraña de pelo y con la mano libre entierro mis uñas filosas en su cuello atravesándole la tráquea como estocada final, la herida mancha de sangre toda la mano, entonces mi victima deja de moverse así que la lanzo al suelo de nuevo dejando que la nieve se riegue de sangre. Jadeo y sonrió a mi triunfo.

-¡vamos Keyn!-ánima Ángela, regreso a contemplar a Keyn midiendo fuerza con su atacante usando los brazos.

Keyn le da una patada en los testículos al vampiro y el chilla pero no cede, se separan un momento mi compañero ataca a la garganta y el rubio junta sus garras en la mano como un puñal y arremete apostando de todo o nada. Cierro los ojos no queriendo ver lo que pasa, solo escucho los chillidos de Keyn y el rubio. Abro los ojos y descubro un espantoso panorama, Keyn gano, le desgarro la garganta a su oponente. Pero pago un alto precio… el rubio le atravesó el pecho con su brazo, mi amigo suelta un bramido de dolor acompañado de sangre. Saca sus garras del muerto y lentamente extrae las del difunto de su pecho. Ángela esta horrorizada, yo no sé qué hacer y Keny se encuentra en shock.

-¡Keyn!-exclama Ángela y va a verlo, el chico se abraza el pecho con sufrimiento escrito en el rostro.

Realizo un gesto de dolor.

-¡háblame!-exige mi amiga posando una mano en la espalda de Keyn.

-mierda…-susurra.

-maldición, sabía que debí venir antes-escuchamos y nos volvemos a los escombros, en la cima descubrimos a Sedro juntando las cejas y tensando la mandíbula mientras nos mira.

-sí, habrías ayudado mucho hace unos minutos-concuerdo.

Sedro raramente no está fumando, tal vez alguno de los vampiros le robo los cigarros, ese pensamiento se va cuando el gigante salta con un poder impresionante, bajando de una sola vez el obstáculo y aterrizando indelicadamente en el suelo frio, su llegada es tan fuerte que la nieve a su alrededor retrocede haciendo algo parecido a un cráter.

-¿es muy profunda la herida?-pregunta al alzarse de nuevo.

-sí, demasiado-responde Ángela, Keny aun no se mueve, el miedo lo tiene paralizado, mira hacia el sitio de donde vino Sedro, sigo la dirección de sus ojos y veo porque esta así.

Hay un vampiro nuevo examinándonos desde la cima de la pila. Sedro se voltea y lo mira, suelta un gruñido tan sonoro que si asusta mucho, el intruso retrocede ante ello, yo también lo haría, no es bueno para la salud desafiar a un vampiro de dos metros y medio enojado.

El fumador encara a Keny y camina en su dirección, el retrocede dramáticamente al ver la proximidad de Sedro.

-que quieres….-por poco pregunta el humano, Sedro de un tirón de la chaqueta del tipo, lo arranca del suelo y lo pone a más de un metro sobre la nieve.

-Keyn necesita sangre, la sangre de creaturas de origen animal no vampiros es lo único capaz de curar a Keyn lo bastante rápido-explica con voz desprovista de expresividad.

-¡no me digas que!-dice Keny cortándose a sí mismo.

-tarde o temprano pasaría, además no creo que dejes a Keyn morir por miedo a sus dientes, y si estás dispuesto a dejarlo… pues yo no- se justifica y aun sujetando al chico aterrorizado se dirige hacia Keyn, estirando el brazo en señal de ofrecer a Keny.

Ángela entrecierra los ojos, ella me mira y yo le hago un gesto para que se aleje para darle paso a Sedro. Ella a su pesar se hace a un lado. El gigante se frena a pocos metros de Keyn que aun no levanta el rostro, Sedro se inclina y coloca a Keny al alcance de si hermano.

-espera, no creo que Keyn lo haga…-replica Keny callándose al descubrir que su hermano puso las garras en sus hombros agarrándolo con firmeza para tener la fuerza necesaria y levantarse.

Empleando todo lo que le queda de energía Keyn se pone de pie, Sedro esta estático mientras que Keny yace tan espantado que no puede decir nada. Enfoco la vista más de cerca y ya puedo ver los ojos rojos del vampiro hambriento, empleando una mano se ayuda a quitar el cuello de la chaqueta dejándolo desnudo en toda su fragilidad a la vista.

-mejor no mires-sugiero a mi amiga, ella se muerde el labio pero no me hace caso.

Sin más duda, aunque no la presento, Keyn clava sus dientes en el cuello de su hermano, el cierra los ojos con cara de tortura al soltar un gritillo de dolor. Keyn no tiene piedad, puedo observar que bebe con un nivel de desesperación fuera de lo normal, Keny lo agarra del pelo y lo jala, como en un intento por liberarse, pero obviamente no tiene éxito. El vampiro tarda unos minutos en saciarse, es increíble lo rápido que el agujero en su pecho sana, Keny se debilita progresivamente hasta que deja de moverse, la mano en el cabello de su gemelo pierde fuerza y se suelta, para cuando Keyn se suelta e inclina, el humano parece más un muñeco de trapo que otra cosa. Keyn se cura por completo en un par de minutos luego de zafarse, se pone de pie y nosotros no podemos hacer otra cosa que mirar lo que queda de Keny, Sedro parece preocupado cuando estudia al chico.

-creo que se te paso la mano-le aviso a Keyn.

El al ver lo que le ha hecho a su hermano es muy sencillo de saber que se siente como un monstruo sanguinario, las comisuras de sus labios tiemblan un poco. Espera un par de minutos a la espera de que haga algo pero no pasa.

-Keny… Keny háblame-pide sacudiéndolo, Sedro no deja de sostener al humano, el desespero de mi amigo crece más al ver que no responde- ¡no me digan que lo mate!

Creo que sí lo hizo, pero algo extraño pasa entonces, un brazo del tipo empieza a moverse un poco, como si sus nervios hubieran despertado de hibernar, su mano cercana a Keyn se cierra en puño, pero en lugar de pedir que lo suelten… ¡arremete en el rostro de su hermano! Keyn da varios pasos apurados ante eso, Ángela y yo quedamos sin habla al igual que Sedro.

Sin dar tiempo de que alguien diga algo, Keny entierra sus uñas ahora filosas en el brazo de Sedro y le provoca una herida propia de un zarpazo, Sedro cuando eso pasa suelta finalmente al chico quien cae de pie, me pongo en guardia por si acaso, esta algo fuera de sí, en el momento que él nos mira… descubrimos sus ojos rojos, más que eso, una mirada que de él no conocíamos, una mirada cínica de alguien ansioso por matar.

Sedro examina su herida con la otra mano y Keyn está a la defensiva. Su hermano gruñe en su dirección, fuera de lo que él esperaba, Keny con la velocidad tan asombrosa del otro vampiro arremete un puñetazo en el vientre de Keyn sacándole el aire, esta iracundo, ataca despiadadamente, golpeando una y otra vez a su blanco, atacando todo a su alcance.

-¡Keny cálmate!-pide Keyn luchando por esquivar los zarpazos desenfrenados de su doble furioso.

Ángela demuestra angustia en el modo que se muerde los labios, no sabe cómo reaccionar y yo tampoco, ¿deberíamos atacar a Keny? No nos gusta la idea, ¿o dejar que mate a Keyn? Ninguna es factible, Sedro pone mala cara y está a punto de dar el primer paso para ir contra Keny pero Ángela lo detiene al exclamar:

-¡déjalo! No te atrevas a tocarlo-sonó como Violeta cuando pide vodka, Sedro junta él entre cejo y se para firme de nuevo.

Ángela podría ponerse violenta si alguien trata de hacerle algo a su “querido” Keny, por lo que no me molesto en decir ni hacer nada. El vampiro loco de una patada manda a su hermano cuando menos a diez metros de donde estaba dejando un pique de record, pero para mi sorpresa Keyn no aguanta más y cae boca abajo completamente. Esperaba que aguantara mas, pienso que debe ser que aunque sus heridas sanaron aun le duelen. Keny gruñe con los ojos brillando en rojo, pero me doy cuenta de que más que enojado, parece asustado y mentalmente desorientado, como una bestia que tiene miedo y ataca a todo lo que cree una amenaza. De cualquier modo Keny camina a paso lento hacia si hermano inmóvil en la nieve.

-¡Keny déjalo!-grita Ángela con angustia, el chico la oye y se detiene adoptando un gesto de dolor, cierra los ojos con fuerza y cuando los vuelve a abrir siguen rojos pero no brillan como antes.

Parece que se está nivelando su estado, el vampiro alterado cae de rodillas en la nieve y se mira las manos llenas de sangre, el mismo huele tanto a sangre que no puedo distinguir bien su olor entre mezclado con la sangre de su hermano y de Sedro.

-Keny….-susurra Ángela.

-Ángela, mejor ve con el ahora, ya se calmo-propongo.

-si hay alguien que lo puede mantener así, eres tú, Keyn está fuera de combate lamentablemente-incluye Sedro observando al tipo algo preocupado.

Ella hace lo dicho y va al encuentro de Keny, que se mira como un monstruo desenfrenado… porque a mi parecer lo es, Ángela se inclina y lo abraza, pero él no responde al gesto de afecto. Suspiro con desgana, veo a Sedro y él me propone con la mirada que vallamos donde Keyn que aun esta noqueado. Acepto y nos dirigimos hacia allá, Ángela consigue que su amigo se levante, pero esta algo desorientado, Sedro levanta a Keyn como un saco de papas, cosa que es algo rustica si tratas con alguien herido.

-esta inconsciente, no le dolerá-dice cuando se da cuenta de mis pensamientos por medio de mis ojos- y de todos modos, es esto o que lo arrastre de regreso.

-si lo pones así, mejor déjalo como esta-respondo incomoda.

Entonces emprendemos el camino de regreso en silencio, Sedro dice que todos están bien, cuando los vampiros se dieron cuenta de que Keny no estaba solo bastaron un par de muertos en su bando para que regresaran por donde vinieron. Keny logra regresar a nuestro paso, creo que la cabeza le da vueltas porque parece ido, mirando a la nada la mayoría del tiempo, por otro lado Keyn esta como muerto, igual debería despertar mañana, o en una semana… aunque él no morirá así de fácil. Cuando ponemos un pie dentro del ático de la biblioteca el grupo completo llega en menos de un parpadeo, nadie dice nada pero están sorprendidos de que Keny no huela como antes y que su hermano este noqueado, obviamente cuando sintieron la diferencia en el olor del nuevo vampiro notaron que dejo atrás su humanidad.

Una vez dentro Keny es llevado por Ángela a unos cojines donde cae presa del sueño y el cansancio, no se preocupa de limpiar la sangre de su cuello. Sedro deja al otro vampiro junto a ellos, esperando que pronto reaccione, el pobre esta todo apaleado y despelucado, en cuento a mí antes de tomar asiento en un par de almohadas procuro limpiar el líquido rojo de mis labios, cuyo sabor aun siento en la boca. Zatir se para frente a mí y me estudia seriamente, alzo la cabeza y hago lo mismo con él. Se ve algo herido, tiene dos marcas de zarpazo a un lado de su lindo rostro levemente manchado de sangre, su cabello revuelto, y la vestimenta que trae parece algo rasgada y sucia. Silenciosamente mis ojos bajan por toda su figura encontrando que su manga derecha está rota y sangrando, creo que es una herida de mordisco, a la que le pongo mala cara.

-al juzgar por cómo te ves, imagino que tuvieron inconvenientes con las visitas-digo finalmente.

-un poco, pero estoy bien, pero ustedes lucen peor-esta tenso.

-lo sé, fue una noche algo estresada.

Se sienta junto a mí, mejor dicho se tiro a mi lado, porque parece estar muy cansado como para sentarse normalmente.

-¿qué fue lo que paso?-pregunta muy interesado.

-nos atacaron, casi matan a Keyn y para salvarlo bebió la sangre de Keny… básicamente eso paso-contesto rápidamente-¿no te lo dijeron?

-ni Sedro ni Ángela están de humor para eso, dicen que luego nos explican, es solo que… ¿Keny ataco cuando reacciono?

-sí, pero eso es normal.

-¿y como estaba cuando Keyn lo mordió?

-aterrorizado-sus facciones se vuelven sombrías.

-eso me preocupa, si fue capaz de desconocer a Keyn y estaba aterrorizado, puede ser un mal presagio para su futuro.

-¿qué tan malo?

-muy malo, los vampiros que en su transición estuvieron aterrados suelen volverse inestables emocionalmente, y eso empeora progresivamente, algunos logran superarlo, pero otros… corren el riesgo de convertirse en vampiros terminales.

Pongo los ojos como platos, nada más asusta concebir el horrible pensamiento de eso.

-pero casi todos los humanos sienten miedo cuando los muerden.

-miedo es normal, pero llegar al borde del pánico es muy malo, ojala me equivoque y Keny no sea uno de esos.

-supongo que si ocurre no será tan malo, posiblemente lo supere-Zatir niega con la cabeza.

-seamos realistas, solo un pequeño porcentaje lo logra, no podemos hacernos ilusiones.

Bajo la mirada hacia el suelo, Zatir trata de levantarse pero pone expresión de dolencia y vuelve a caer en los cojines, lo miro interrogante.

-duele… mi espalda-dice.

Volteo las comisuras de mis labios hacia abajo.

-¿quieres un masaje?-rápidamente voltea a mirarme sorprendido.

-¿sabes hacerlo?

-claro que se, ¿qué esperas? Ponte boca abajo-el vacila un momento pero sin embargo lo hace.

Entonces procedo a darle leves golpes en la espalda, por toda su extensión, está muy duro, pero progresivamente sus músculos se relajan, le está gustando, puedo verlo sonreír en la oscuridad. Cosa que me causa satisfacción, empiezo a masajearle los omoplatos circularmente, suspira.

-qué bien se siente…-susurra con volumen casi inaudible.

Continuo relajando su espalda, hasta que me doy cuenta de que se durmió, esta rendido, por lo que lo dejo y me duermo también. Se siente maravilloso tener un descanso tan grato después de un día tan intenso.

Alguien me susurra cosas al oído con una voz tan bella que es como si los ángeles corearan para mi, cuando lo miro a la cara no puedo reconocerlo pero de todas maneras lo que acapara mi atención son esos penetrantes ojos rojos, que parecen temibles, pero al mismo tiempo me causan fascinación, eso me asusta, ¿como algo temible puede gustarme? ¿Me estoy volviendo loca? Eso me pregunto una y otra vez en un círculo sin fin ni éxito. El sonríe mostrando esos punzantes y blancos dientes, se aproxima un poco, estamos en la salida de un callejón, el chico adopta una expresión divertida y maliciosa.

-sabes… lo peligroso también puede ser hermoso… depende de con que ojos lo mires… copo de nieve…

Despierto de un pequeño brinco sobre los cojines, respirando frenética, otra vez sueños extraños, pero en este el hombre no es un depredador… parece más como interesado en mi, ¿cómo es posible?.. Rebobino bien lo que vi, solo logro decir algo.

-¿me dijo copo de nieve?

-¿qué?-pregunta Zatir volteando, me sostengo la cabeza con una mano.

-nada… vuelve a dormir-pido, no han pasado muchas horas, como máximo lo indispensable son dos horas para dormir, pero tenemos el lujo de pasarnos unas horas más por puro placer. Zatir me mira con incredulidad, pero obedece y vuelve a dormir.

-nada…-vuelvo a susurrar con tensión en mi voz, antes de recostarme y dormir de nuevo.

Concilio el sueño con algo de inquietud, pero lo logro. Al día siguiente despierto y descubro a Zatir dormido usando mi pecho como almohada, no le prestó atención y miro al techo, son como las seis de la mañana, Sedro fuma un cigarro en la ventana y los demás están en el piso de abajo, menos Keny y Keyn que aun están donde mismo, Keny mira el techo al igual que yo y su hermano aun esta desmayado.

-¿como estas hoy?-le pregunto, vira los ojos en mi dirección.

-más o menos, no me acostumbro a esto, es mucha información para mi cerebro la que recibo con estos sentidos-responde.

Lo estudio con más cuidado, ahora esta mas blanco que antes, de resto no ha cambiado tanto, por otro lado por lo que veo luce como noqueado.

-¿puedes levantarte?-se lame los labios.

-creo que sin…-dice y se sienta, pone una mano en su garganta y frunce el ceño.

-¿sed verdad?-habla Sedro, Keny lo mira con resentimiento.

No ha olvidado lo de ayer, ¿quién lo culpa? Esa no fue la mejor experiencia del mundo exactamente.

-si…-Sedro sonríe.

Bajo la mirada y descubro un cuerpo en el suelo, un hombre de mediana edad.

-traje esto para cuando despertaras-anuncia el fumador. Keny se levanta y camina hacia allá, se pone de rodillas y agarra un brazo del hombre, lo pone al alcance de sus dientes, vacila pero los clava sin pensarlo más.

-¿y hay señal de Tynna?-digo viendo a Keny alimentarse.

-no-Sedro muestra un semblante tétrico en su rostro-simplemente desapareció.

Hago una mueca. Entonces escucho un grito ensordecedor venir de afuera, luego otro, y otro frente a la biblioteca, Zatir se despierta de golpe y Keny tanto como Sedro se perturban.

-¡hoy saldremos de esta mierda!!!!!!!!!!!-grita Camus con alegría.

Zatir al ver que se encuentra acostado sobre mi pecho se aparta rápidamente algo rojo, no tengo tiempo para eso. Antes de que pueda pensarlo me pongo de pie y corro hacia abajo, salto el agujero y cruzo la gran puerta del edificio, descubriendo un camión más o menos grande, rodeado por mis amigos. Desvió la vista hacia abajo y encuentro a sus ocupantes muertos.

-¿qué paso?-exijo saber.

-estos pendejos pasaban por aquí y les dimos la bienvenida-dice Violeta subiendo al carril de camión.

-esto es justo lo que nos hacía falta-agrega Xeno sonriendo.

-sí, no nos costara nada llegar al siguiente condado con esto-concuerda Ángela, Camus sube al asiento del conductor y lo examina. Aun pasmada por la escena camino hacia allá, justo en ese instante Sedro y Zatir salen detrás de mí y ven lo ocurrido, Sedro sonríe como si la salvación le hubiese tocado la puerta y Zatir tiene mi misma reacción.

-creo que me perdí de algo-dice con los ojos como platos.

-la verdad no, solo de nuestro boleto a la libertad-le avisa Ángela.

Violeta da vuelta en la parte trasera del camión y por fin se tira en un rincón. Entonces Keny y Keyn aparecen en la entrada a la biblioteca, ellos no se sorprenden por lo que ven, noto que Keyn tiene la ropa destrozada y sangrante pero el mismo se ve mejor que ayer.

-traigan la comida…-ordena Xeno y posa los ojos en los difuntos que infectan el suelo-y los que tengan la ropa destruida desnuden a estos humanos y usen lo que traen.

Así lo hacemos, le sacamos la ropa y nos cambiamos los que llevamos la peor pinta, montamos las alacenas que aún nos quedan al camión, Zatir toma sus cosas y todos subimos a bordo del auto. Camus y Xeno toman los puestos del piloto y el copiloto, los demás quedamos atrás. El motor ronronea antes de que salgamos disparados a cien kilómetros por hora. Contemplo el panorama que dejamos atrás mientras nos alejamos, pienso que puede ser el momento de ser optimista, la vida fuera de aquí es algo que promete nuevas posibilidades.

Capitulo 6- Reinserción

Siento el viento gélido en el rostro, al tiempo que nos distanciamos cada vez mas de la ciudad. Zatir está a mi lado recostado contra mi espalda, Violeta mira el lugar que dejamos atrás, Sedro que es el que más espacio ocupa retrae las piernas y esconde su rostro entre ellas, Ángela, Keyn y Keny están en su mundo, me parece raro, que luego de los hechos de anoche hagan como que nada paso, eso me costaría mucho trabajo si estuviera en su lugar.

-¿a dónde vamos?-pregunto sin dirigirme a nadie en especial.

-oí decir a Xeno que vamos a ciudad hielo-contesta Keny con voz seca.

Sedro suelta una risita.

-¿cuál es la gracia?-quiere saber Zatir sin mucho interés.

-que eso suena como el nombre de una empresa de helados-responde, Violeta como Ángela suelta una carcajada. Yo reprimo la mía.

De verdad que eso parece.

-creo que hay que decir que: es mejor que tengan cuidado con quienes se enteran de que son vampiros-continua Sedro ahora más serio-me refiero a Zatir y Amelia, porque creo que no hace falta decírselo a Keny, porque en esta época, lo que se pregunta no es si existen los vampiros, sino, quien es un vampiro, y podrían pasar cosas muy malas si se sabe.

Maquino lo que acaba de decir, Zatir asiente. Entonces veo que ya estamos fuera de la ciudad, puedo verla desde aquí, Violeta sonríe ampliamente.

-¡adiós pocilga de mierda!-grita con todas sus fuerzas.

Por la carretera en la que vamos se ven múltiples montañas, por todas partes, bosques nevados y cielos grises. Solo hay una cosa que me preocupa, cuando llegue a ciudad hielo… ¿Qué hare? Posteriormente nos detenemos en un negocio donde hay una gasolinera y una tienda. Violeta baja y va a la tienda, cuando el resto esperamos a que reabastezcan en vehículo. Luego de unos cinco minutos Violeta regresa y sube al auto, partimos de nuevo, y ya estando alejados de la última parada, la chica saca un teléfono que parece de moderna tecnología, no me lo puedo creer, y los demás tampoco.

-¿¡de donde sacaste eso!?-dice Sedro, Violeta no lo mira y sigue en su teléfono.

-un pervertido en el baño quiso pasarse de listo-responde y ríe- lo mate, bebí su sangre y tenia esto en el bolsillo.

-¿y para que quieres un celular?-pregunta Keyn sin idea de la respuesta.

-averiguar cosas por internet, tal vez…-contesta y se concentra más en lo que hace-creo que ya descubrí quien eres Amelia.

-¿a si?-digo incrédula.

-mira-dice y me muestra la pantalla, esto tiene que ser mentira, es una foto mía, estoy sonriendo sentada en una cama-te llamas Amelia Cortes.

-Cortes…-repito y me suena pero no logro recordar-¿de dónde sacaste eso?

-hay una página donde ponen la información de todos los desaparecidos-explica- dice la dirección de tu casa, y ahora…-vuelve a buscar algo en el celular-Zatir Ivanov, si aquí estas, dice donde vives también, parece que uno de tus hermanos desapareció.

Zatir tensa la expresión.

-¿y nosotros?-interviene Keyn con ansiedad.

-casualmente todos viven en ciudad hielo, también dice la dirección, Keny y Keyn Berthier… no hace falta mostrar la foto, no hay muchos gemelos que se llamen así-contesta Violeta, sonríe y agrega-pero salen muy ricos en esta foto.

Ese comentario esta de mas, nadie dice nada y Ángela se aferra a Keny que al igual que su hermano esta perturbados por Violeta.

-yo no voy a volver con mis padres-anuncia Zatir con voz totalmente carente de emoción. Me doy vuelta y lo miro sorprendida-no voy a regresar, así como estoy no puedo, ni tampoco quiero.

-¿bien entonces que harás?-pregunta Ángela.

-no se…

-yo si se-interviene Sedro-primero hay que ir a la asociación de vampiros, ellos pueden crearte una nueva identificación, y renovarla cuando sea necesario, así cuando pase el tiempo podrás cambiarte de nombre sin problemas-continua y Zatir lo mira con atención- lo siguiente es conseguir casa propia, sé muy bien cómo hacerlo, y lo último, ¿pare que eres bueno trabajando?

Zatir duda por unos segundos pero lo suelta:

-soy bueno para la cocina-la sorpresa aparece en los rostros de todos.

Debí oír mal… es bueno cocinado, ¡eso puede ser una muy buena virtud! ¿Quien no quiere a un hombre que cocina? Sedro aun no digiere lo que Zatir acaba de decir, pero toma aire y continúa.

-entonces conseguirás trabajo fácilmente en la cocina de un restaurant o una discoteca, con eso el problema está resuelto, tienes identidad, casa y trabajo-

-¡¿si sabes cocinar porque mierda no nos ayudaste con los caribúes?!-casi grita Violeta, mi amigo traga con nerviosismo.

-parecían muy entretenidas con eso, así que les deje la diversión-responde.

-sobre Amelia Keyn y Keny…-argumenta Sedro-deben dejar sus casa en unos tres años, antes de que vean que no envejecen al ritmo humano, ¿los demás ya estamos resueltos verdad?

El resto asiente.

-¿y cómo se resuelven?-pregunto intrigada.

-los vampiros tienen dos opciones-comienza Violeta- la primera, tener una identidad q cambie cada ciertos años, con eso viven como casi humanos, pero deben mudarse muy seguido. Y la segunda, estar en la sociedad vampírica, ósea vivir en la sociedad oculta de los vampiros.

-¿entonces cual escogerán?-dice Zatir.

-Violeta, Xeno y yo nos quedamos en la sociedad de vampiros, Ángela y Camus tendrán identidades-declara el gigante.

-¿cómo conseguirás el dinero?-pregunto

El sonríe pero no responde, con eso la conversación acaba y nos dedicamos a ver el camino, pasan muchas horas y de pronto veo que bajamos por una pendiente y descubro una ciudad ridículamente grande, en el interior de un valle helado de montañas, al principio son solo casas, pero las estructuras son mas grandes conforme se acercan al centro urbano, primero casas, luego edificios medianos de piedra, luego de concreto y por fin los rascacielos.

Solo puedo mirar hacia allá, cuanto más nos acercamos, mas me fascina el lugar, pasamos los suburbios y entramos a la cuidad de verdad, se pueden ver muchas vías de tren por aquí y allá, Camus, quien conduce se detiene en una plaza cubierta de nieve y gente caminando, el olor de tantos satura nuestros sentidos. Bajamos del carro y nos reunimos a un lado.

-entonces… ¿por dónde empezamos?-pregunta Camus.

-Sedro ayuda a Zatir con lo del dinero y la identidad, y Camus lleva a Keny, Keyn y Amelia a sus casas, Violeta te guiara-dice Xeno con voz neutra.

-yo, no iré todavía, acompañare a Sedro y Zatir-anuncio ellos me clavan la mirada insistentemente.

Camus bufa y me mira mal. Xeno le da un codazo para que se guarde esas hostilidades. Zatir me mira intrigado, Sedro saca un cigarro y lo enciende, Keny y Keyn subieron al camión, Ángela se les une un momento más tarde muy interesada por que vuelvan a su casa.

-déjala Camus, después Violeta la llevara-sugiere Keyn.

-larguémonos de una vez-exige Keny-quiero mi cama

Camus hace una mueca y sube al auto, Violeta me sonríe y dice:

-nos veremos aquí en dos horas-asiento y sube también.

El señor molestia enciende al camión y sale disparado como en una carrera hacia algún sitio, de un pique entre en la carretera y desaparece entre la muchedumbre de autos.

-yo también me voy-dice Xeno volviéndose a nosotros.

-¿a dónde vas?-expresa el fumador contemplando su cigarro.

-voy al bajo mundo, donde están los vampiros, te veré allá-contesta a Sedro, este sonríe y asiente.

Xeno corre lejos, pero mantiene un paso más o menos lento, para no llamar la atención de nadie.

-movámonos, hay que conseguir una identidad, y algo de dinero-motiva Sedro y camina hacia algún sitio, comparto una mirada con Zatir antes de seguirlo.

Estoy por alguna razón, muy preocupada por que Zatir consiga la identidad, no podre irme en paz hasta que la tenga, el me mira fijamente durante un rato mientras caminamos detrás de Sedro.

Keyn Berthier…

Si fuéramos humanos, Camus ya habría logrado que nos diera un paro cardiaco, corre como un loco peligroso, puedo verlo atreves del vidrio hablando con Violeta, y como ella goza la velocidad a cuesta de nuestra desgracia, Keny esta agarrado de mi y Ángela de, el, solo seguimos en la camioneta porque yo me sostengo muy fuerte, si no ya habríamos salido volando muy lejos.

-ese tipo está loco-opina Keny aferrado a mí.

-siempre lo ha estado-le avisa Ángela, abrazándolo con mucha fuerza por detrás, y metiendo la cabeza en el hombro de mi hermano, ¡mierda se está frotando contra su mejilla! Keny se pone rojo pero sigue sujetándose bien de mí.

-¡EH, ese exceso de afecto no delante de mí!-digo alterado.

-¿porque?-pregunta Ángela y besa la sien de Keny.

-porque me trauman, eso me hace sentir como atravesado.

-no me culpes, es que Keny es muy lindo-se escusa-¿verdad Keny?

-lo que digas-responde escondiendo su cara en mi espalda.

Antes de caer en ciudad mortal, nuestros tíos, nos iban a llevar aquí, para encontrarnos con nuestros padres en la nueva casa que compraron, claro de no ser por los inconvenientes que presento nuestro GPS y una tormenta de nieve que nos desoriento y llevo al lugar potencialmente más peligroso de la tierra, hoy seriamos completamente normales. Mis tíos deben haber muerto, ha pasado casi un mes desde que debimos llegar aquí, pero nunca me imagine que terminaríamos llegando como vampiros, Camus nos trasporta a un área cercana a los suburbios, el sitio está poblado por edificios no muy altos y muchos de piedra y concreto. Nos detenemos en uno que parece ser una sola casa, solo que de tres pisos, Violeta y Camus bajan de la cabina cuando el motor se apaga.

-bien, es aquí, empiecen a pensar en una cuartada para explicar cómo llegaron y que paso con sus tíos-dice Violeta.

Si, la peor parte, los tres bajamos del camión y observamos el sitio un momento.

-ojala, les crean, mejor que mantengan los ojos abiertos, porque no querrán que ellos se enteren de la verdad-incluye Camus.

-lo sé-aseguro haciendo una mohín.

-¿tienes alguna idea?-pregunta mi hermano.

-no, ¿y tú?-

-solo una, la verdad distorsionada.

-es decir….

-la verdad no tan verdad.

Ángela pone mala cara.

-tenga cuidado-pide preocupada.

-claro, te veremos después-asegura Keny.

Ella viene y me abraza, la correspondo y se suelta un momento después.

Ángela a veces hace cosas inesperadas, porque fue hasta Keny y en vez de solo abrazarlo ¡se le lanza encima y lo besa en la boca! Oh dios, mi hermano queda pasmado, Violeta y Camus se sienten incómodos mientras Ángela casi se come a Keny con ese beso, el se lo regresa pero sé muy bien que esto lo hace sentir avergonzado, estando delante de nuestros compañeros traumados, de mi no tanto. Por lo que se separa luego de poco tiempo.

-sí, yo también te quiero-dice con nerviosismo, ella sonríe y va de vuelta al camión, esta vez sube en la cabina para compartir el asiento con Violeta. Posteriormente se alejan a una velocidad tal como si los persiguiera el diablo.

-¿listo?-quiere saber Keny.

-algo así, vamos

Entonces caminamos hasta la puerta y tocamos el timbre. Un poco preocupados de lo que viene. La puerta se abre y encontramos a nuestra madre, ella queda en estado de shock al vernos, sus lágrimas brotan de su rostro de pronto. Puedo asegurar que es una mujer muy hermosa, de cabello castaño recogido en una trenza, ojos marrones, blanca, labios como el arco de Cupido, barbilla ancha, delgada, tiene treintaisiete pero aparenta menos.

-¿me estoy volviendo loca?-dice con voz temblorosa, y toca el rostro de Keny para estar segura de que somos reales.

-no… estamos aquí de verdad-le aseguro.

Ella se arroja sobre ambos y nos abraza, con un brazo para cada uno, mientras llora dramáticamente. Eso me causa de cierta manera remordimiento, que muestro en mi rostro, Keny también se siente así, lo que me causa dolor no es su llanto, sino que en pocos años tendremos que esfumarnos de su vida para siempre.

-mama…-trato de decir cuando papa se asoma por el pasillo de entrada, es fácil deducir que ve lo que pasa como si estuviera volviéndose loco, nos ve como si estuviera viendo fantasmas en vez de a sus hijos en carne y hueso.

-hola papa-lo saluda Keny.

Papa es, nuestra viva imagen, sus ojos son miel, su pelo es negro, en comparación con nosotros es de facciones gruesas y su cabello es más enrulado. El se pone pálido, mama se llama Marisa y el Ron. Es muy desalentadora la idea de empezar a inventarnos una historia, pero aun así, tomo aire y trato de empezar de manera creíble.

Amelia Cortes…

Nos encontramos en la esquina de un callejón oscuro, Sedro mira hacia allá.

-bien esperen aquí-pide este y camina a la oscuridad donde se desvanece.

-¿estarás bien con lo de volver a tu casa?-me pregunta Zatir.

-no sé, pero debería tratar.

-si quieres puedes venir conmigo-miro el suelo.

-primero tengo que tratar de recuperar la memoria, antes de tomar alguna decisión importante-se aparta el cabello del rostro.

-entonces dime cuando me necesites-asiento.

-gracias, no tienes una idea de lo bueno que ha sido encontrarme contigo.

-pues la verdad no-dice-ni idea de lo bueno que sea conocerme.

Pongo mala cara.

-hazme un favor y sube esa autoestima-sonríe de oreja a oreja.

-no hace falta, la tengo donde debería estar, pero me refiero a que, tampoco te he ayudado mucho.

-no me jodas.

Creo que solo está jugando, sería un retrasado si no se hubiera dado cuenta de lo mucho que me ha ayudado conocerlo, probablemente de no ser por el hoy estaría muerta. Expresa picardía por la mirada y yo frunzo los labios. Como pensé solo era broma.

-lo siento, pero bueno, si he hecho un par de cosas por ti, pero no es necesario que me ayudes con esto, tú tienes cosas más importantes que hacer-el tono de su voz es suave y muy agradable.

-tú eres importante pendejo, por algo estoy aquí, cuando te den tu identificación pirata me encargare de mis problemas-digo con voz áspera.

En este momento no demuestra ninguna emoción en especial, solo está parado ahí mirándome, como si tuviera algo interesante, ojala no sea nada en mi cara.

-si estás segura haz lo que quieras-dice finalmente- igual no soy nadie para imponerte que hacer y que no.

Esbozo una sonrisa.

-exacto, por eso es que eres mi amigo- se ve alagado.

-cosa que me encanta, por eso me gusta que estés feliz.

Y a mí me gusta que diga eso.

Sedro vuelve a surgir de entre la oscuridad, con una sonrisa divertida y satisfactoria.

-ya está hecho, solo falta una foto tuya- anuncia-están esperando para que te la tomes.

Zatir asiente feliz evidentemente.

-creo que yo debería buscar a Violeta-opino levantando la cabeza para poder ver correctamente al fumador.

-suena bien, le enviare un mensaje-afirma y saca un teléfono de su bolsillo.

¡¿De dónde lo saco?! Me pregunto exaltada viendo como los enormes dedos de mi amigo tratan con maravillosa delicadeza el pequeño artefacto. Zatir esta intrigado al igual que yo no deja de mirar las manos del gigante.

-¿cómo lo conseguiste?-pregunta curioso.

-lo acabo de comprar, tengo muy buena memoria fotográfica para recordar el numero del nuevo celular de Violeta, solo me lo mostro una vez pero es suficiente-explica sin voltear-maldito cacharro…-sigue mientras trata de oprimir los botones con dificultad debido al tamaño de sus dedos, siento un gran impulso de reírme por la manera en la que Sedro trata de escribir fallidamente.

-no importa, la llamare-incluye poniendo el celular en su oído.

-creo que necesitara uno táctil-comenta Zatir entretenido.

Y uno con una pantalla muy grande.

-¿letí? Es Sedro-dice este, y yo me pregunto qué es eso de letí, creo que es el diminutivo de Violeta. Zatir hace un gesto de desconcierto por el apodo-ya Amelia esta lista para que la lleven-hace una pausa-¿Camus qué?........ No importa, no dejes que haga papel de nudista, luego tendrá tiempo para eso. Tráelo así tengas que arrastrarlo-cuelga y deja escapar un suspiro de molestia.

-¿y bien?-pregunto.

-ya viene, en cualquier momento…-asegura el chico barbudo mirado de un lado al otro aguardando la llegada.

Finalmente pasa, el camión aparece en una esquina con una maniobra exagerada, rebasa a dos autos y se detiene frente a nuestra posición con todo el drama del mundo en su entrada, la puerta cede y descubrimos a Violeta y Camus dentro, ella me ofrece sentarme a su lado pero Camus me ignora por completo, no es que me importe mucho que él me vea.

-te veremos después-me dice Zatir, asiento y Sedro me da una tarjeta.

Lo saco de un bolsillo.

-¿y esto?-quiero saber examinando la diminuta tarjeta con algo escrito.

-mi numero y el de Violeta, cuando consigas un celular llámanos-responde y posa su mano enorme en mi cabeza, inesperadamente me despeluca toda, retrocedo defensivamente entonces, el se ríe con gozo- esperaremos la llamada con ansias.

-claro… gracias, hasta luego-finalizo y subo a bordo del camión, cierro la puerta y Camus acelera como un maniático.

Rebasa a todos en el camino, Violeta los disfruta tanto como ese loco, pero yo no, tengo terror al sentir como da giros de 360 grados, se detiene de golpe y casi choca a muchos en el camino.

-¡ve más lento!-exijo aferrada al asiento.

-¡no me da la gana! ¡Puedo chocar y reventar el culo del que yo quiera!-grita ese desgraciado.

-¡reviéntale el culo a quien te de la puta gana!, ¡pero no vas a reventarme las vías nerviosas a mí!-replique enojada.

Si no baja la velocidad esto se pondrá feo, estoy comenzando a volver a desear destruirlo, reducirlo a nada a golpes, me justifico pensando que sería un bien al mundo que Camus desapareciera, le gruño cuando da una vuelta titánica en una esquina, lo amenazo mostrándole mis filosos y peligrosos dientes, el hace lo mismo y Violeta bufa.

-¡los opuestos se atraen y si siguen así van a terminar juntos!-exclama ella.

Con eso basta para desmontar mi agresión, y Camus también retrae su violencia, la idea de terminar atraída por él es algo tan espantoso que el solo pensamiento asusta, no, ¡eso nunca! Todo menos eso, que me golpeen, arañen, arrastren, torturen, violen, maten y todo lo malo menos eso. Camus también se espanta por ese pensamiento y parece nervioso y perturbado cuando mira al frente.

-así me gusta, con ustedes hay que combatir la hostilidad con miedo-dice Violeta fascinada por nuestra conducta-es el único modo de que se dejen en paz.

Lamentablemente es verdad, Camus no replica para mi sorpresa y yo tampoco quiero discutir más sobre el tema, es más, quiero sacar esa idea de mi cabeza lo antes posible.

Porque si no, tendré pesadillas.

-Violeta… no sigas con eso-pide el chico casi en ruego.

Ella ríe al descubrir el control que gano sobre él.

-hecho pero no vuelvan a pelear en el auto, o se los recordare todas las veces que haga falta, es una ley física, yo no lo invente, por eso mejor obedézcanla-señala.

-odio la física-comenta Camus.

-tu odias todo-le recuerdo.

-por una vez, estamos de acuerdo.



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